Una vida dedicada a la humanidad

Javier Villahizán (SPC)
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Juan Pablo II dirigió uno de los Papados más largos de la Iglesia, 27 años de Ministerio petrino, con un incansable espíritu misionero y una firme convicción en los valores más tradicionales del catolicismo

Juan Pablo II ha sido y sigue siendo uno de los Pontífices más carismáticos de la Iglesia.

Juan Pablo II fue un Papa que cambió la Historia del mundo y de la Iglesia. Fue el Pontífice más viajero, aquel que tuvo un papel relevante en la caída de los regímenes comunistas, que alcanzó un entendimiento con otras religiones, que sufrió un atentado, que se acercó a los jóvenes y que blindó los valores tradicionales de la doctrina de San Pedro. 

Quince años después de su muerte a los 84 años, un 2 de abril de 2005, los católicos y una gran mayoría de fieles de otras confesiones tienen un recuerdo sincero y abierto hacia el conocido como Papa misionero.  

Karol Józef Wojty?a, conocido como Juan Pablo II desde su elección al Papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kilómetros de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojty?a y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929 cuando el apenas era un niño de nueve años. Tan solo tres años después murió su hermano mayor Edmund (médico) de una epidemia de escarlatina  y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga falleció antes de que naciera él.

Trabajó en una mina de sosa mientras seguía con sus estudios secundarios y universitarios. Después, durante la Segunda Guerra Mundial, formó parte de un grupo de teatro clandestino y terminó sus estudios de seminarista. Fue ordenado sacerdote en 1946, con 26 años.

A partir de entonces, el camino de Wojty?a parecía estar marcado para convertirse en el sucesor número 263 del Apóstol. Fue profesor de teología, se convirtió en obispo de Cracovia y participó en el IIConcilio Vaticano (1962-1965). Dos años más tarde fue nombrado cardenal.

Pero el día  más importante de su vida estaba aún por llegar. Los prelados reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978 y el 22 de ese mes comenzó su Ministerio petrino. Su Pontificado ha sido uno de los más largos de la Historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años.

anticomunista. El primer Papa eslavo de la Historia de la Iglesia procedía además de un país que entonces era comunista y perteneciente a la órbita de la Unión Soviética, como era Polonia.  

Los años finales de lo 70 y principios de los 80 eran propicios para los cambios políticos, sobre todo con la llegada de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido.

Ya desde el principio del Pontificado, Juan Pablo II decidió tomar partido en favor de la democracia y en contra de los regímenes comunistas. Así, durante la gran misa que celebró en la Plaza de San Pedro el 22 de octubre de 1978, Wojty?a llamó a la valentía y la apertura y defendió la libertad religiosa como un derecho humano imprescindible. «No tengáis miedo de dar la bienvenida a Cristo y aceptar su poder».

En este sentido, el Santo Padre polaco dejaba claro que su resistencia al comunismo se expresaría a través de la religión, la moral y la cultura. Un mes después de su elección, el Papa visitó la ciudad de Asís donde volvió a desafiar al comunismo al mostrar su compromiso con las Iglesias católicas perseguidas de Europa Central y del Este, que «ahora hablan con mi voz». Además, en otra visita a México en  1979, el Pontífice calificó el marxismo de «un error antropológico».

Además de tener un papel decisivo en el desmoronamiento de los regímenes comunistas, el Obispo de Roma trabajó en la reorganización de la Iglesia después de las reformas iniciadas con el II Concilio Vaticano y escribió 14 encíclicas, de las que tres trataban sobre cuestiones socioeconómicas.

La paz y los acuerdos internacionales, sobre todo en las numerosas crisis y los conflictos en Oriente Próximo, la defensa de los Derechos del Hombre, la reconciliación entre las religiones y la solidaridad entre el Norte y el Sur centraron su mensaje.

Asimismo se mostró muy firme en la reafirmación de los principios tradicionales de la Iglesia Católica en el terreno de la moral sexual y la lucha contra el aborto y el rechazo a los métodos anticonceptivos.

Sin embargo, la vida de Wojtila dio un vuelco el  13 de mayo de 1981. En la plaza San Pedro de Roma, Juan Pablo II fue gravemente herido al ser tiroteado por el turco Mehmet Ali Agca, en una supuesta conspiración iraní que confesó el agresor hace apenas unos años. Sin embargo, nadie sabrá la verdad excepto el propio Pontífice que se reunió con él en la cárcel y le perdonó dos años después del ataque.

El Santo Padre consiguió recuperarse, pero a partir de los años 90, se le empezaron a conocen números problemas de salud.

Tras su muerte en 2005, arranca su proceso de beatificación, una santificación que culminó el Papa Francisco el 27 de abril del 2014.