De puntillas, sin hacer ruido, llegó hace unas semanas a la Dirección nacional del Partido Popular desde Albacete. No es una mujer de estridencias ni salidas de tono, pero sí una política disciplinada y abnegada que a veces tuvo que dejar aparcada temporalmente su carrera política para trabajar por el partido al que representa. Ahora, inicia una etapa vertiginosa de 17 meses junto al nuevo líder de la formación conservadora, en torno al que se crearon expectativas de Gobierno, incluso antes de ser elegido presidente nacional, lo que dice mucho del poder de unión que acompaña a Alberto Núñez Feijóo, después de una etapa un tanto convulsa en el seno del partido.
Carmen Navarro alcanzó la Vicesecretaría General de Política Social en el último congreso nacional del Partido Popular, en el que se regeneró por completo la cúpula popular. No estaba en ninguna quiniela y fue una de las sorpresas más sonadas del equipo de Dirección de Núñez Feijóo, que la designó para suceder a un política de la valía de Ana Pastor, lo que se traduce en una confianza plena en la albacetense. Tiene experiencia de gestión en tiempos de crisis al haber sido directora provincial de Sanidad y Bienestar Social en Albacete y desde que llegó al Congreso de los Diputados en el año 2015 supo hacerse un hueco a base de trabajo y esfuerzo que pocos supieron valorar. Hoy empieza a recoger los frutos de esa labor callada, aunque no se olvidará de su Albacete natal, donde tiene a su marido y a sus dos hijos, que serán los que a corto plazo sufrirán las consecuencias de entrar de lleno, y de repente, en la alta política nacional.