«En esta cita estaré acompañado por la electrónica»

Antonio Díaz
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El Auditorio José Ferrero del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha de calle Zapateros, 25 de la capital, acoge hoy, a las 20 horas, con entrada libre, un concierto de clarinetes y electrónica, con Francisco José Gil

Francisco José Gil. - Foto: Arturo Pérez

El Auditorio José Ferrero del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha de calle Zapateros, 25 de la capital, acoge hoy, a las 20 horas, con entrada libre, un concierto de clarinetes y electrónica, con Francisco José Gil, que cuenta con la colaboración para esta cita con el Aula de Composición Elctroacústica del Csmclm. El músico comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta cita musical.

¿Un concierto de clarinetes?

Sí, podríamos decir que será un concierto de clarinetes, porque voy a utilizar cuatro instrumentos diferentes. Solo clarinetes, pero en esta cita  estoy acompañado por la electrónica. El concierto es el trabajo que hice, un máster sobre música y nuevas tecnologías, en Madrid y pensé que no podía quedar en eso simplemente, que tenía  que mostrarlo al público y quería compartir este trabajo, porque, al fin y la cabo, la música es para él , para el espectador,  no solo para el que toca en un momento dado. 

¿Cómo son estas bases electroacústicas?, ¿están grabadas previamente?

Según la obra, hay diferentes elementos, cacharros, como digo yo. Todo se hace con el ordenador y habrá obras con base pregrabada sobre la cual toca el solista, pero otras, concretamente dos, donde hay que utilizar un programa especial que hace, una vez que el instrumentista toca, ese sonido pasa por el programa y  el sonido que el ordenador devuelve a los altavoces está tratado, modificado siguiendo diferente parámetros.  

¿Cómo seleccionó las obras para el concierto?

Las obras son diferentes entre sí. Algunas, como la última, Baal, acaba que parece casi música de discoteca. Deadwoods, para requinto, de Avril Anderson, parece música de un viedeojuego. 

Una es muy especial Lost Memories, del albacetense  Isidro J. Martínez.

Es estreno en Albacete. La obra de Isidro, compañero y amigo, Lost Memories,  Memorias perdidas, es un especie de poema sinfónico, música descriptiva, que representa las diferentes fases  de la enfermedad de Alzheimer. Utiliza un fragmento musical conocido por todo el mundo, el Concierto para clarinete de Mozart,  que al principio es reconocible, hasta que empiezan las pequeñas lagunas, distorsiones, que representan el avance de la enfermedad. Esta obra se vale de la electrónica para representar varias fases de la enfermedad. Es curioso, utilizaré un pedal para lanzar las pistas, digámoslo así, y van ocurriendo cosas. En un momento dado, yo toco y el ordenador lo devuelve, pero al revés y en otros momentos vuelven sonidos muy agudos. 

¿Esto tiene futuro?

No es el futuro, es el presente. Está muy bien estudiar instrumentos convencionales, pero vivimos en el mundo de la electrónica y mucha de la música que sale en cualquier medio audiovisual, la ha hecho una persona con un ordenador, no tiene 14 músicos allí grabando. Es el presente pero es cierto que este concierto es excepcional, porque no es fácil hacer algo así, aunque esto no es novedoso, porque el sonido se lleva tratando electrónicamente más de 100 años. Las formas de expresión tienen que coexistir.

Un concierto como este, ¿es muy complejo técnicamente para el solista?

Lo primero es que casi tengo que utilizar una carretilla para llevar todo el material. Cuatro instrumentos, el requinto, que es el pequeño de la familia, los dos sopranos, y luego el corno di bassetto, que es un poco más grande que el clarinete normal. Eso por parte del instrumentista exige mucha flexibilidad porque cada uno se parece al anterior, pero no es igual. Hay un estudio de adaptación para cambiar con rapidez y luego, tocar con ordenador es una cuestión que no se suele hacer porque requiere de medios, por eso me ayudaran los alumnos de Composición Electroacústica, que pondrán en orden la parte electrónica, para que todo funcione bien. Cuando se toca sobre una base pregrabada, como en este concierto, se necesita una concentración máxima, porque cuando tocas con personas en vivo, pueden pasar muchas cosas, pero estás escuchando y se ha ensayado y puedes reaccionar. Con una base pregrabada, tienes tú que arreglártelas.