Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Gorbachov, lo que no fue posible

05/09/2022

El 30 de agosto murió Mijail Gorbachov. Murió tan solo como había vivido. El que fuera presidente del PCUS y de la URSS no mereció unos funerales de Estado. Vladimir Putin ni siquiera se molestó en acudir al sepelio. El desprecio hacia Gorbachov en su propia casa, contrasta con la veneración de Occidente. En 1990 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por atreverse a frenar la loca carrera de armamentos y abrirse a los vientos de la democracia y el mercado. 
Gorbachov fue reemplazado por B. Yeltsin; la URSS, por la Federación Rusa; el comunismo, por el capitalismo de Estado. Los nuevos mandatarios pregonaron a bombo y platillo el éxito económico que se avecinaba. «A nuestros inmensos recursos naturales y humanos, añadimos los incentivos de la propiedad privada y la libertad de empresa. El progreso económico y el bienestar social están garantizados». 
¡Craso error! Los grandes consorcios industriales fueron adquiridos por las pocas personas que desde los aparatos del poder tenían acceso al crédito. El dinamismo de la competencia fue sustituido por la presión de las mafias. Olvidaron que además de la propiedad privada y la libertad de empresa, el progreso económico y el bienestar social requieren la competencia en los mercados y unas sólidas bases morales. 
Lo que estamos presenciando en la Rusia contemporánea son los estertores del comunismo. Un sistema económico dirigido desde arriba que a nada teme tanto como a la competencia. Un sistema político incompatible con la democracia y los derechos humanos. Habrán de pasar muchos años para que desaparezcan las secuelas de aquel experimento histórico que unió el poder político con el poder económico.