'El Fandi', Arenas y Molina salen en hombros

Pedro Belmonte
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El torero munerense ofrece buenas sensaciones pese a los cinco años de inactividad

Los tres toreros y el mayoral en hombros. - Foto: P.B.

Se lidió una corrida con cuajo y manejable en Munera, con un toro de vuelta al ruedo del hierro de El Montecillo para El Fandi -que sustituía a Sergio Serrano-, José María Arenas y José Fernando Molina.

No se notaron los años de inactividad en José María Arenas, al que correspondió un toro que tuvo prontitud y entrega, al que toreó decidido y variado con el capote, incluyendo un quite por lopecinas tras un buen puyazo de Jorge Ramírez. Solvente en banderillas y tras brindar a su hija compuso una faena de buen trazo, mandando al toro, por abajo y templada. Dos orejas paseó acompañado de su hija tras una estocada trasera.

El quinto se definió en los primeros tercios, defendiéndose en el caballo, con un buen puyazo de Tomás Copete. En la muleta, embistió por abajo en un par de tandas haciendo el avión por el pitón derecho, acabándose pronto. Faena de buena compostura muy templada, terminando con una estocada tendida y dos descabellos, cortando una oreja.

Tuvo José Fernando Molina un primer toro manso y distraído que estuvo toda la faena intentando irse, muy aquerenciado y huyendo, logrando sujetarlo en algunas tandas llevándolo muy tapado y templado. Faena de mérito y técnica, muy tranquilo y haciendo las cosas despacio. Estocada algo trasera y dos descabellos, oreja.

El que cerró plaza no le dio demasiadas opciones, lo pasó muy suave con el capote y brindó a Sebastián Cortés. Tardo y parado en la muleta, Molina tragó lo suyo, aguantó parones y a base de firmeza, le pudo encajar una faena de mucho valor y temple siempre en las cercanías. Un pinchazo antes de una estocada atravesada y dos descabellos, le valieron una oreja.

Abrió plaza David Fandila El Fandi con un toro con cuajo que se desplazó en el capote con franqueza, recibiendo un puyazo en su sitio, llegando boyante a banderillas, tercio que desarrolló con la solvencia habitual. El toro llegó con poco fondo a la muleta, necesitando recursos para calentar el tendido. Estocada desprendida y descabello le valió una oreja.

El que hizo cuarto fue un toro que en los primeros tercios no dio la cara, sin entregase, pero que en la muleta, tras unos inicios inciertos, rompió por los dos pitones, entregado, con clase, realizándole una faena variada y muy templada, llegándose a pedir el indulto. Pinchazo y estocada desprendida, dos orejas y vuelta al ruedo al toro.