Un ballet de luces, color y música decoró el cielo nocturno sobre Hellín en la noche del viernes y sirvió de prólogo de lujo a la Feria de Hellín, que ayer quedó inaugurada oficialmente en medio de una gran expectación ciudadana, después padecer las limitaciones de dos años de pandemia.

La danza aérea fue obra de un centenar de drones, que despegaron del Campo de Fútbol Dos para deleitar al numeroso público que se había congregado en el Complejo Deportivo Santa Ana, para disfrutar del Drone Light Show.

Se trataba de una coreografía con drones que, acompañados de un montaje de luces y sonidos, representó en el aire imágenes y símbolos identitarios de Castilla-La Mancha.

Esta actividad itinerante forma parte del programa oficial que celebra el 40 Aniversario del Estatuto de  Autonomía de Castilla-La Mancha, pero también hubo guiños cómplices a los hellineros, como la representación del símbolo principal de la ciudad, un tambor.

El plato fuerte de la jornada de ayer fue, evidentemente, la celebración de la cabalgata y, tras ella, sobre las nueve de la noche, el momento culminante, la llegada de las autoridades al Recinto Ferial, acompañando la imagen

de la Virgen del Rosario.

Portada por el alcalde, Ramón García, la Virgen hizo su entrada entre los aplausos de los vecinos. Tras el encendido del pórtico luminoso, la Patrona llegó hasta su capilla en donde se cantó la tradicional Salve en su honor.

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