Antonio García

Antonio García


Corpore sano

01/11/2021

Consumo anuncia el veto a la publicidad de productos de pastelería y refrescos en la tele o internet. Ello supone que en ciertas horas punta, las que van de cinco a ocho de la tarde, horas de protección infantil, los niños no podrán entretenerse con esos anuncios de barritas energéticas, dulces o postres de chocolate, zumos y helados, mientras se meriendan esos mismos productos, pues la medida por ahora solo dictamina la prohibición de la publicidad, no la de lo publicitado.
Andan los gobernantes muy preocupados por la salud y la estética de sus gobernados. Un cuarenta por ciento de la población infantil presenta problemas de obesidad y ese paisanaje de gordos menudos, sumados al del resto de mayores que no se quedan atrás en arrobas, resulta ofensivo en una sociedad que prefiere la estética a la inteligencia. Sin duda es una falacia asociar la salud física a la ausencia de luces, pero los mismos políticos refrendan la ecuación: por primera vez en la historia gozamos de una clase política que da gusto verla, tanto como inquieta escucharla. Cumplen con todos los requisitos sanitarios, practican el deporte, y aportan un palmito envidiable, pero basta con que se pongan a hablar para que se desmorone esa imagen galana. Debajo de la fachada glamurosa hay un vacío muy feo de ideas. De las dos mitades que según los antiguos conforman nuestra identidad, mens y corpore, a los políticos solo parece interesarles el corpore garrido, y ya se encargan, mediante reformas educativas, de que la mens inquisitoria, creativa e insumisa no tenga opción de desarrollarse. A esos menores, a los que ya han apartado de la cultura, también quieren apartarlos del chocolate.