El PP coloca a Vox en su diana

María López (EFE)
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La formación de Pablo Casado rompe la 'tregua' que mantenía con los de Santiago Abascal de cara las elecciones y regresa a la confrontación cuerpo a cuerpo tras haber debilitado a Cs

El presidente de los populares resta importancia a lo que auguran las encuestas. - Foto: Eduardo Parra

Tras meses en los que el PP ha ignorado a Vox, haciendo oídos sordos a sus críticas, el partido de Pablo Casado se ha lanzado en los últimos días y con las elecciones de Castilla y León de fondo, a la ofensiva contra una formación que consideran la «falsa derecha» y que está al alza en los sondeos. 

Los populares sostenían que su único adversario era el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero ahora también apuntan sus ataques hacia su derecha, tras haber debilitado a su otro competidor, Ciudadanos, hasta dejarlo al borde de la desaparición.

En otoño de 2020, Casado cargó con dureza contra el presidente de Vox, Santiago Abascal, en la moción de censura de este contra Sánchez, pero desde entonces la formación había evitado entrar en el cuerpo a cuerpo. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no confrontó en su campaña y recibió después el respaldo de este partido para formar Gobierno en solitario. Y hasta ahí el entendimiento. Aunque sí aprobaron las cuentas de Díaz Ayuso, Vox se negó a apoyar los Presupuestos de Juanma Moreno en Andalucía y los del alcalde José Luis Martínez-Almeida en la capital y los populares comenzaron a dar la réplica a Vox, de forma cada vez más explícita.

Tras pactar el gasto de este año para el Consistorio de la capital con tres ediles escindidos de la candidatura de Manuela Carmena, Martínez-Almeida puso en cuestión la utilidad de los de Abascal y les acusó de hacer una pinza junto a Más Madrid. Días antes, cuando constataba el desacuerdo presupuestario, acusó a la formación de no presentar enmiendas parciales por no querer trabajar.

Pero ha sido el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el que ha elevado el tono contra la formación, a la que ha denominado «falsa derecha» y ha colocado en el bando de los perdedores, porque, desde su punto de vista, considera que la única papeleta que gana elecciones es la del Partido Popular. El número dos popular también les ha acusado de intentar «apropiarse de candidatos» o se ha preguntado si este partido usa a los madrileños «como rehenes para intentar enfrentar a personas del PP», por su apoyo a Díaz Ayuso.

«No se puede acusar a otros de cobardes cuando uno pone una exigencia y luego pasa por el aro, se calla y se esconde», apuntó al respecto el político murciano, ante las repetidas críticas de los de Abascal, que consideran al PP un relevo de los socialistas.

Y todo esto, mientras Vox sigue apareciendo como una formación al alza en las encuestas, tanto a nivel nacional como en las inminentes elecciones de Castilla y León el próximo 13 de febrero, donde podría duplicar por 10 el procurador con el que cuenta en la actualidad, por lo que el partido ya ha augurado una entrada «brutal y masiva» en las Cortes.

 

Engordar las perspectivas

En el centro de mandos de Génova muestran escasa preocupación e incluso restan importancia a este crecimiento. En la dirección creen que se debe simplemente a una burbuja electoral, como la que en su día vivió Ciudadanos, que creyó ser capaz de adelantar al Partido Popular. Consideran que, como entonces, se pinchará y no supondrán una amenaza, como ocurre ahora con los de Inés Arrimadas.

También ven en Génova interés político por parte del PSOE en engordar las expectativas electorales de Vox, con el objetivo de igualar el peso de los populares y los de Abascal para dañarles. Casado habló de un mantra del presidente del Gobierno para situarles en la soledad y en la radicalidad.

Y aunque niegan preocupación, sí han entrado en confrontación. Todos los que no forman parte del PP son sus adversarios al tiempo que deslizan en público argumentos a favor del voto útil. Pese a confrontar ahora con Vox, el partido de Casado no ha puesto una línea roja a esta formación ni ha vetado pactos de Gobierno, aunque el objetivo, recalcado estos días, es gobernar en solitario: en Castilla y León y en La Moncloa.