Editorial

El regadío se acerca a los agricultores de Barrax con retraso

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De haber llegado el regadío en su momento, hoy estaríamos hablando de exportaciones por millones de euros de productos agroalimentarios

El Gobierno quiere sacar a licitación las obras de la segunda fase de la sustitución de bombeos en la Mancha Oriental, es decir, en la zona de Barrax el próximo mes de octubre. La obra tendrá un presupuesto por encima de 48 millones de euros, que deberán ser costeados con dinero público de las instituciones y con contribuciones de los beneficiarios, es decir, de los regantes. La ejecución de la obra estaba prevista para hace más de dos décadas, pero los sucesivos gobiernos, ya fuerna del PSOE o del PP, pospusieron la inversión en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) hasta la actualidad, cuando la Secretaría de Estado de Medio Ambiente publicó un anuncio previo en la Plataforma de Contratación del Sector Público. Poco más se sabe, salvo que el proceso de adjudicación será el próximo 7 de octubre.

Este anuncio es bien acogido por la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo), aunque su presidente, Herminio Molina, lo toma con cautela, después de anuncios que después no se tradujeron en hechos y antes de conocer los pormenores de los trabajos, sobre todo del área económica. En principio, la obra está incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y REsiliencia (PRTR), con fondos Next Generation de la Unión Europea. Esta circunstancia extraordinaria hace que a priori la aportación de los agricultores vaya a ser insignificante, pero hay que confirmarlo.

El proyecto de esta infraestructura llega demasiado tarde para la zona de Barrax. Durante décadas se esperó como agua de mayo -nunca mejor dicho- la puesta en marcha del regadío en miles de hectáreas, lo que, sin duda, habría generado riqueza en la provincia de Albacete. Sin embargo, esta tierra no es estratégica en el tablero político nacional y, por lo tanto, sus proyectos no están en la primera posición en la línea de salida. Ahí tenemos el ejemplo de la autovía A-32 hasta Linares, durmiendo el sueños de los justos legislatura tras legislatura.

De haber llegado el regadío en su momento, hoy estaríamos hablando de exportaciones por millones de euros de productos agroalimentarios y de una economía provincial mucho más boyante de la que existe en la actualidad. Hoy, los agricultores murcianos y los ajeros andaluces y conquenses se asientan en la provincia en busca tierra y agua, porque saben del potencial que posee Albacete. La irrupción del regadío podrá multiplicar varias veces el volumen del sector agrícola en la provincia. 

Habrá que estar atentos los próximos días para conocer al detalle la licitación de la obra de sustitución de bombeos y ver en cuánto tiempo entrará en funcionamiento, auqnue ya va con demasiado retraso.