Antonio Campos vuelve a encargarse de la dirección artística de la Feria de las Artes Escénicas y Musicales de Castilla-La Mancha, en su vigésimo sexta edición. El actor y dramaturgo albacetense valoró este encuentro de teatro, danza, circo y música que se celebrará en Albacete entre los días 8 y 11.

¿Cuánto tiempo lleva preparar un encuentro de estas características?

Pues si estamos en noviembre, prácticamente, la inscripción artística se abrió en mayo y ahí empieza el proceso, para ver las obras en el momento que van entrando, yo al menos lo hago así, no se acumulan. De ahí hay una primera selección y las voy agrupando por disciplinas, circo, teatro, música, calle o danza. Es la única manera de descubrir cosas que no están en el panorama artístico de la moda actual y sacas, de verdad, verdaderos tesoros. Luego toda esta selección la paso a la comisión artística que va haciendo también su propia selección y después de tres reuniones sale la definitiva, que no saben las compañías hasta el final de proceso. La maquinaria es muy grande, desde al cartel a la coordinación con Cofae,  que indica  cuáles serían los porcentajes ideales de las compañías de tu propia comunidad y nacionales, para traer al mayor número de gestores. A nivel comunicación, lo mismo, con Aron Multimedia, a nivel imagen, imprenta, luego hay que concertar hoteles, restaurantes, es complejo. 

Después, está la labor que tienes que hacer por otras ferias para captar a los gestores y haciendo labor de relaciones públicas para aumentar el número de gestores. La feria, sin gestores, no tiene razón de ser, así que, efectivamente, el proceso es largo.  

Han recibido más de 500 propuestas artísticas.

Así es. Cuando yo entré estábamos en 300 y el año pasado llegamos a las 426, pero este estamos en 589 propuestas artísticas. Vamos sumando porque se ha hecho una labor de imagen, porque así me lo ha otorgado la Consejería y la viceconsejera,  Ana Muñoz, con la que trabajo codo con codo y es que se quería renovar esta feria y ponerla en el panorama nacional. Entonces, ella puso el cauce y creo, modestamente, que poniéndome a mí, acertó, porque lo que queremos es tener cada vez más propuestas y más inscripciones profesionales.  

¿Cómo es el filtro para partir de esas casi 600 propuestas y dejarlo en 21 compañías?, ¿cómo se llega?

Con mucho dolor, permíteme la expresión, porque te vas dejando por el camino muchos esfuerzos y muchos trabajos que tienen que ver la luz. Son 21 porque tenemos al Laboratorio de Talentos de Toledo y esta, aunque no es seleccionada mía, hay un convenio para que la ganadora esté en la feria, en concreto Nolinoleum, danza. 

Primero seleccionas los días, martes, miércoles, jueves y viernes, ves los horarios que tienes y el número máximo de compañías que puedes incluir según la duración de cada espectáculo y sale una media de siete por día, saturando al profesional, para que vea el mayor número en una jornada, que pueda elegir y ver al menos tres, es el objetivo. Aunque hay un número de compañías seleccionadas, al final tienes que reunirte con la dirección técnica, los jefes técnicos de cada teatro, que son los que mejor te van a asesorar, para ver cómo puedes encajar esas obras en los espacios. Me reuní con los jefes técnicos de los cuatro teatros más importantes, Teatro Circo, Teatro de la Paz, Auditorio y José Saramago y empezamos a hilar lo seleccionado, para ver qué es posible. La realidad te la da los focos, los cables, las horas de montaje y desmontaje. Ahí tienes que hacer una criba con lo que queda. Es como sacar una dramaturgia, te dejas frases por el camino preciosas, que tienes que hacer con un gesto porque hay que economizar, con esta selección pasa exactamente lo mismo, se hace con mucho dolor.  

¿Con equilibrio?

Es verdad que hoy existe un exceso de obras de teatro social, porque a nivel Administración se ha hecho un esfuerzo en ese sentido. Ahí está la figura de la mujer, el feminismo y el teatro social o político, hay muchas producciones en esa parte. 

En este caso, por ejemplo,  tenemos una gran obra, muy potente, La infamia, que es un monstruo,  es lo más de lo más. Muchas compañías se preguntan, claro, por qué no está la suya, bueno, es que estaba esta y no es por desmerecer otras, tiene que estar. El año pasado estaba Ana Morales, la bailarina, con tres músicos y un caché importante y tuve mis críticas, pero este año se ha llevado el Premio Nacional de Danza. Cuando la vi, pensé que tenía que estar.  A veces, las compañías podemos pensar que tenemos lo mejor que hay en el panorama nacional, porque no somos directores artísticos de una feria, no vemos las propuestas que hay. Cuando las ves, te das cuenta que hay muchísimo bueno.  

Con la suma de las disciplinas que deben estar en una feria. 

Tenemos la categoría de artes escénicas y musicales. En Castilla-L a Mancha, por ejemplo, en música, estamos a un nivel increíble, es muy potente y en cuanto pones el foco, aunque fuera hay también muy buena, si en Castilla-La Mancha lo tienes, por supuesto, barres para tu tierra. Teatro infantil, igual, en Castilla-La Mancha somos una potencia, tenemos Ultramarinos de Lucas que es oro fino. A igualdad de condiciones, siempre vas a mirar a tu comunidad y provincia. 

Son 11 las producciones castellano-manchegas. 

Sí, pero es que ha salido así, pero no significa que el año pasado sea igual.  Hemos tenido un año fructífero a nivel de Castilla-La Mancha, pero no podemos olvidar que esto es una feria nacional, que aspira a ser internacional y que no es lo mismo que una muestra. Creo que es más beneficioso para las compañías castellano-manchegas, para el resto y, sobre todo para el público, es que las compañías tengan competencia de calidad y que no todo lo que hagas sea programado en una feria. Esto es un producto que llega al público y si queremos espectadores en las salas y mantenernos gracias a la entrada, ese teatro, música, danza o ese circo, tendrá que ser de calidad. Si a la feria, los gestores no acuden porque entienden que lo mejor que se hace a nivel nacional, no puede estar en Castilla-La Mancha, simplemente no acuden, van a una feria que esté seleccionando lo mejor. Necesitamos gestores para tenerlos, necesitamos unas miras muy altas. 

¿Cuantos vendrán?

El año pasado tuvimos 89 y este año vamos a pasar de los 103, seguro.  

¿Cómo está ese panorama albacetense, con cuatro compañías?

No solo tienes que tener rigor artístico, también regional y provincial. Hay que equilibrar las cinco provincias, pero es que en Albacete ha una gran producción de artes vivas. No sé si será por población o porque un día a la Fundación Juan March y al Ministerio les dio por montar aquí  Cultural Albacete, no sé, pero hay cantidad y calidad en las producciones, claro, no puedes meterlo todo de Albacete y además, la feria se celebra aquí y el director artístico, igual, es de Albacete. Bueno, pueden criticarte y decir que seleccionas cosas de Albacete, pero hay una comisión con gente de todas las provincias y esa comisión decide, esto es lo que hay. 

¿Por qué ese cambio que pide el sector a abril?

Esta feria nace en abril y es la fecha ideal. Es el mes, a nivel nacional, con menos ferias y creo que abrimos temporada y ahí ocupábamos un hueco muy importante. No es que lo haya pedido el sector, es que nos hemos esforzado para que esta feria vuelva a abril. En 2020 cambió a noviembre, posiblemente por la pandemia, y, de nuevo, en 2023 volveremos a abril, abrimos temporada y, posiblemente, podremos celebrar la calle y tendremos más estrenos. 

Habla de la importancia de los programadores, pero también hay público en las salas y los niños y jóvenes podrán acudir.

El objetivo es involucrar a la ciudadanía con la feria, porque el círculo se cierra con el público, que tiene la última palabra. La selección puede ser muy buena, pero necesitamos al público para que el gestor vea su reacción, porque no olvidemos que el gestor puede ver en un día, cinco, seis obras y además no es público puro, baraja otros factores y necesita de ese público. Luego tenemos dos compañías, una con Increíble Indecente, con jóvenes que se subirán a las tablas y otra que viene de Baleares, que trabaja con niños de siete a 10 años, con Las pequeñas cosas. También los padres de esos niños y jóvenes se impregnan del teatro, es una cadena, que es de lo que se trata, de hacer partícipe al público, que son los que llenan los espectáculos  que van a estar en cartel. También hay espectáculos gratuitos, para todos, durante la mañana, con una maravillosa labor de la Delegación de Educación, Cultura y Deportes.  

Las compañías son empresas, que muestran su trabajo y hay unos gastos. También aquí el esfuerzo es importante. 

Seguro, a las compañías de Castilla-La Mancha se les paga el 75 por ciento del caché y si le sumamos hotel y manutención, hablamos, prácticamente del 100 por 100 del caché. Al resto, se les paga el 50 por ciento. Yo he ido a ferias en las que me han pagado el 20 por ciento del caché y he ido a muestras en las que me han pagado cero, me he encontrado en esa situación como compañía. 

Aquí nos aseguramos que las compañías tengan las mejores condiciones, qué menos, también técnicas porque todos los espacios son escénicos, no hay polideportivos. Se trata a la compañía como se debe, para que se vea el productor artístico de la mejor manera posible. Los espacios están completamente equipados, con equipos técnicos que son inmejorables. 

Lógicamente el programador, no muestra los suyos. ¿Cuántos tiene hoy en cartel?

Tenemos cuatro espectáculos, El Buscón, La Celestina, Lazarillo de Tormes y Cid, pensando el año que viene en estrenar otro, pero como la feria es en abril, veremos si tengo tiempo. Tengo que sentarme a escribir pero la feria requiere dedicación, pero me enriquece muchísimo, tengo la posibilidad de ver qué se cuece a nivel nacional y afinar mis próximas producciones. Pensé dejar 2023 en blanco, pero al final me está picando el gusanillo. Por supuesto, seguimos de gira, terminaremos con más de 70 funciones, porque combinamos los cuatro espectáculos.