Destino, la única farmacia de Cenizate

I.M.
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La universitaria Isabel Tarancón Carrasco cambió este verano sus vacaciones estivales por estar de prácticas rodeada de medicamentos, fórmulas magistrales y productos ortopédicos

La estudiante universitaria Isabel Tarancón Carrasco, en la oficina de farmacia de Cenizate. - Foto: I.T.

La  farmacia de Lourdes Pérez  Mora en la localidad de Cenizate acogió durante este verano, en concreto, desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre a la estudiante de quinto curso en la Facultad de Farmacia del campus, Isabel Tarancón Carrasco, como becaria de prácticas externas dentro del programa conocido como 'Erasmus rural', hoy 'UCLM Rural. Universitarios ante la despoblación'.

No obstante hay que decir igualmente que antes de su paso por la única farmacia que hay en esta localidad albacetense, esta universitaria había realizado el año de antes a lo largo de un mes y medio aproximadamente prácticas extracurriculares matinales en una de las dos farmacias que hay en su localidad natal, en Villamalea.  

«Desde luego lo mejor que pude hacer en verano fue esto, ya no sólo porque Cenizate está a tan sólo 10  kilómetros de mi pueblo sino también porque lo he disfrutado un montón, porque me gusta y porque aparentemente puede parecer que las farmacias de los pueblos son muy poca cosa frente a las de las capitales cuando la realidad es todo lo contrario para empezar en aprendizaje al tener mayores movimientos de gente y de servicios. No en vano, los farmacéuticos, pese a lo que piensa más de una persona,  vendemos muchas más cosas que medicamentos», comenta esta universitaria del campus.

«La farmacia de Cenizate, añade, es una farmacia super completa porque junto a dispensar medicamentos y que es, por otra parte, lo que todo el mundo conoce cuando uno habla de una farmacia, hace fórmulas magistrales, realiza sistemas personalizados de dosificación, algunos de los cuales, igualmente se van hasta la residencia de mayores de Mahora, y tiene un servicio completo de ortopedia y que, asimismo, era usado por vecinos de otros pueblos». Además de la propietaria, esta oficina de farmacia cuenta también, por un lado, con una técnico de farmacia que ya trabajaba con la dueña anterior y por otro, con otro trabajador, una chica que terminó la carrera de Farmacia hace unos años, que hizo precisamente allí sus prácticas tuteladas de fin carrera y que allí se quedó .

Inmersa en pleno estudios, no obstante, las prácticas volverán, por decirlo de alguna manera, de nuevo a su vida estudiantil en coincidencia con el segundo cuatrimestre. Son las prácticas tuteladas de quinto curso y serán en una farmacia de la capital, «simplemente porque ya que he probado en pueblos rurales me gustaría probar en la ciudad», dice Isabel Tarancón.

 

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