El Albacete dejó de depender de sí mismo por su propia impotencia, la que muestra el equipo de Rubén de la Barrera cada vez que juega lejos del Carlos Belmonte. Tras un buen arranque, el cuadro manchego desapareció del encuentro y estuvo a merced de un Andorra que supo darle la vuelta al marcador y disponer de oportunidades para haber ganando con mayor diferencia, ante los uno y mil huecos que el Alba dejaba en defensa.

El partido empezó bien para el Alba, que muy bien posicionado y con intención acertó a los dos minutos en una buena acción que culminó Rubén Martínez revolviéndose muy bien dentro del área. Fue lo único que mostró el equipo de Rubén de la Barrera, que a partir de ahí empezó a diluirse hasta desparecer por completo del partido.

A los 20 minutos marcó Pastor lo que era el empate, pero fue anulado por fuera de juego. Seis minutos después y por la misma banda, donde Montes Arce evidenció sus problemas para jugar de lateral, llegó, esta vez sí, la igualada. El pase atrás para Bover evidenció los problemas defensivos del conjunto manchego y el 1-1 terminó por hundir a los blancos.

Con ese 1-1 y las malas sensaciones acabó la primera parte, pero es que la segunda fue mucho peor para un Albacete totalmente roto, hundido y sin capacidad para reaccionar. En esa tesitura, Pastor hizo el segundo del Andorra y ni los cambios que introdujo Rubén de la Barrera valieron para nada. El Albacete era un equipo muerto y el Andorra lo aprovechó para sentenciar en el 86 por medio de Héctor Hervel, ante la verbena defensiva de un Albacete que no compitió como tenía que hacerlo en el partido más importante del año.

El triunfo deja al Andorra líder, al Villarreal B segundo y el Albacete, que no estuvo a la altura de un equipo que quiere ser campeón, se queda tercero en la tabla y con los golaverage perdido con los dos primeros.