Hace un mes, los frutos secos y los leñosos centraban todas las preocupaciones provocadas por un año  como poco anómalo en lo meteorológico. Ahora las miradas se empiezan a dirigir a los cereales de invierno, para cuya recolección aún queda cerca de un mes. 

Esta semana, se daba a conocer el contenido del informe MARS de la Comisión Europea sobre condiciones de los principales cultivos en el continente. En el caso de España y de este grupo de cultivos, vaticina un descenso de los rendimientos respecto al 2021.

Como es sabido, el invierno del 2021-2022 llegó a su recta con todo el país en situación de sequía meteorológica. En marzo, por fin, volvieron las precipitaciones con registros que no se veían desde octubre y en abril llegó de todo: lluvia, nieve y temperaturas heladoras.

En Castilla-La Mancha, se dieron tres días seguidos de temperaturas bajo cero, durante el primer fin de semana, entre el sábado 2 y el lunes 4. Fue entonces cuando la cosecha de frutos secos, especialmente el almendro, se malogró en la comunidad autónoma.

Pero esa misma época es crucial para los cereales de invierno, recuerda el informe, cuando estos cultivos «son muy sensibles a las bajas temperaturas» que pueden causar daños severos o incluso la muerte de las plantas cuando éstas se encuentran en pleno desarrollo. 

La cuestión es que aún no se sabe hasta qué punto habrá una afección a los rendimientos y a la producción. Lo que sí se sabe es que a  fecha del 28 de febrero, justo antes del inicio de la cadena de fenómenos anómalos, el MAPA ya preveía un descenso general.

El Avance de Superficies y Cultivos del mes de febrero, el último publicado, preveía una producción de 834.118 toneladas de trigo en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha para 2022, de las que 202.600 toneladas corresponderían a la provincia de Albacete. 

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