El domingo se celebró el tradicional Festival del Cotolengo, en el que el matador Miguel Tendero desorejó al novillo de Los Chospes, tras una faena llena de temple, largura y mando, dando una gran dimensión, que lo puso en la boca de profesionales y aficionados. Una vez terminada la temporada, hemos querido intercambiar impresiones sobre su actuación en el festival y la temporada en conjunto.
«Le estoy muy agradecido al ganadero Fernando Moreno que me regalara ese novillo, muy bonito de hechuras y salió como marcaban esas hechuras. Me ha venido muy bien por cortarle dos orejas a un toro en Albacete aunque sea en el Festival del Cotolengo, ya que terminamos el año con dos orejas en mi plaza, además parece que ha tenido mayor repercusión que otros años, porque al haber menos toros, los medios han estado muy pendientes del festival. El maestro Dámaso lo ideó y lo puso a una gran altura, por lo que a los que estamos en activo nos queda la misión de continuarlo, porque es una causa muy noble y necesaria. También tengo que nombrar a la plataforma También Somos Cultura por la recogida de alimentos que organizó en la puerta grande de la plaza, llegando a sobrepasar los 4.000 kilos en solo dos días, algo muy grande para todos los aficionados y profesionales con el Cotolengo».
Contento con el festival en general. «Creo que salió todo muy bien, y dentro del distinto juego que dieron los toros y novillos, se vieron cosas muy bonitas. En cuanto a mi novillo, lo toreé muy bien con el capote, donde tuvo una embestida clara y con calidad, lo picamos muy poco para que aguantara y al salir del caballo le oí un clac en la mano, por lo que no le hice quite y le dije al banderillero que no le apretara al igual que yo al principio, pero cuando se afianzó hubo muletazos con la mano arrastrando, luego de rodillas y al final incluso hubo voces de indulto. Creo que hice cosas buenas y ahí estoy, evolucionando y con muchas ganas de torear, con gente que se está ilusionando de nuevo conmigo, porque sigue habiendo torero. Este año he abierto la puerta grande donde he ido, porque los años se van notando y con ellos la madurez».
Una temporada para estar contento. «Hemos acabado la temporada con siete corridas de toros y cuatro festivales y la verdad es que estoy contento, porque de estar ahí que no toreaba nada e incluso pensando algunas veces abandonar y buscarte la vida por otro lado, ahora sigo trabajando igual pero con la ilusión de poder torear, porque conforme está el toreo no te permite vivir de esto, pero muy ilusionado y además el maestro Alfonso Romero está haciendo una gran labor y destacar también a Juanrra, mi mano derecha y mejor amigo, que se desvive por mí y a toda la cuadrilla. A ver si conseguimos una plaza importante y damos un toque de atención».
La de 2022, con ilusión. «Hay algunas cosas vistas, pero es muy pronto. El maestro se está encargando de todo y de vez en cuando me va adelantando algunas cosas para que esté animado».