Es el último día del año y, como es habitual, uno siente la tentación de mirar atrás y hacer balance, o al menos un repaso de lo acontecido en 2021. Y no sin cierto miedo, ya que para muchos este año mejor que hubiera pasado de largo, casi como nos ocurrió con la mayor parte de 2020. ¿Recuerdan cómo arrancó? En lo climático, 'Filomena' nos felicitó el Año Nuevo con una nevada de escándalo que colapsó pueblos y ciudades. Aquella con la que vimos trineos por las principales calles de Madrid, y con la que descubrimos que ¡todo el mundo! tenía una pala guardada en su casa. Luego vinieron las famosas depresiones aisladas en niveles altos (DANA), con las que zonas de las provincias de Cuenca, Albacete y sobre todo Toledo, se vieron inundadas. Con ellas vimos coches navegando por las principales avenidas también de pueblos y ciudades, como Toledo, donde el fenómeno dejó estampas e instantes dramáticos. Y qué les voy a decir del otro fenómeno que ha ocupado buena parte de la información en los últimos meses, como es la erupción del volcán de La Palma, que ha mantenido igualmente en vilo a la población y que, tras casi 90 días de actividad, y a pesar de las promesas del Gobierno de España, miran al futuro con incertidumbre y desánimo.
¿Y en lo político? Lo mejor sin duda ha sido el tipo aquel a pecho descubierto con abrigo de visón y cuernos asaltando el Capitolio. Uno de los muchos efectos de la política llevada a cabo por Donald Trump, trufada de arrogancia, demagogia, populismo y fake news. Aquí tuvimos alguna que otra moción de censura, algunas fallidas como en la Región de Murcia, y alguna que se quedó en el intento, como en Castilla y León, donde el presidente aspira ahora a lograr el mismo éxito que tuvo Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, donde zarandeó a la izquierda –con candidatos como Pablo Iglesias que había dimitido como vicepresidente del Ejecutivo, y como Ángel Gabilondo que no llegó ni a ser la principal fuerza de la oposición–; y ha llegado a amenazar el liderazgo de Pablo Casado como jefe de la oposición.
Va a resultar que las mejores noticias nos las ha dejado la Sanidad después de todo, si tenemos en cuenta el éxito del proceso de vacunación en la población, que ha permitido que, con ómicron y todo, no hayamos tenido que lamentar el número de hospitalizaciones, casos graves, y por supuesto muertes, que en anteriores olas. Es verdad que esta sexta andanada de contagios nos ha hecho recordar el título de aquella película, 'Pesadilla antes de Navidad', pero me sigo quedando con que la vacunación ha supuesto un escudo indispensable para seguir protegiéndonos a todos, sobre todo a los mayores.
¿Y qué esperar de 2022? Cabe esperar la recuperación económica, vivir sin miedo al virus al que tendremos como «uno más» de los que nos acompañan cada año, y la prosperidad que nos impulsarán los fondos europeos. Decía un amigo que «con poquito» será mejor que 2021, así que, con permiso de Leonardo DiCaprio, confiaremos en que no venga el fin del mundo, que es lo que nos queda por ver. Dejémoslo en la ficción ¡Feliz Año Nuevo!