Domingo Henares

Domingo Henares


Noticias encadenadas

25/07/2021

El afán primero y compartido por casi todos los ministros del Gobierno de España es el acto de cambiar el nombre de las cosas. Así cumplen el mandato aquel del libro del Génesis, por el que el hombre recibió el encargo de decidir con qué palabras conoceríamos a cada uno de todos los seres. Y ahora le ha tocado el turno a la ministra de Trabajo (omitido sea su nombre por desacato a la gramática) que ha tenido la ocurrencia, ella también, de llamarle matria a la tierra que nos vio nacer, nos alimenta y sostiene. Una redundancia lingüística muy rebuscada y que apenas tiene fundamento, por lo que la feminización aparente de la palabra patria (que ya es femenina) solo tendrá lugar, si es que ocurre, en la jerga de unos cuantos correligionarios de igual política.
Teniendo en cuenta el origen latino de la palabra patria, se advierte que el plural de pater (los padres) también hace referencia a los antepasados, al lugar de nuestro nacimiento. Y ése es el camino recto que nos lleva al significado del término patria, lejos de atajos que dan al descampado de palabras hueras por inexistentes. Circunstancia que ocurre, al menos directamente, con el vocablo madre, voz que, por otra parte, se aplicaba a las diosas antiguas para mayor honra de las mujeres.
Noticia del latín encadenada con la decisión del papa Francisco, que acaba de desautorizar a Benedicto XVI, prohibiendo las misas en dicho idioma. Y no sabemos cómo la recién ministra leerá en su intimidad la Constitución, allí donde dice (artículo 2) que nuestra nación es patria de los españoles.
Pobre lengua latina, de donde el español procede.