Unos okupas entraron en la noche del jueves al viernes en la casa donde se halló el cadáver de la vendedora de la ONCE, María Isabel de la Rosa Cózar, desaparecida el 19 de agosto y cuyo cuerpo fue encontrado cinco días después, en casa del hombre que confesó, tras su detención, haberle quitado la vida  y que actualmente se encuentra en prisión.

Según confirmaron ayer a La Tribuna de Albacete fuentes de la Policía Nacional, unas personas sin identificar se colaron en la vivienda unifamiliar, ubicada en el número 40 de la calle Estrella y estuvieron allí durante un tiempo indeterminado y luego se marcharon de la misma sin llevarse nada de valor, ni causar daños de relevancia.

Aunque se desconoce el motivo por el que estas personas se decidieron a entrar en la vivienda, podría tratarse de okupas que estaban inspeccionando el domicilio con el fin de realizar una futura okupación de la casa.

En cualquier caso, parece que tendrán difícil instalarse en el inmueble, puesto que los familiares del presunto asesino, el cual residía en la casa hasta su detención, manifestaron a la Policía su intención de cortar la luz y el agua de la casa y de tapiar las ventanas y la puerta de la misma, para evitar que nadie se instale en su interior.

Cabe destacar que no es la primera vez que la vivienda es noticia después del crimen, ya que días después de la muerte de la vendedora de la ONCE, aparecieron varias pintadas en su fachada. 

En concreto, apareció una pintada de grandes dimensiones, en la que podían leerse las palabra «asesino» e «hijo de puta». Además también apareció un cartel de cartón colocado en las rejas de una de las ventanas del domicilio, en el que podía leerse: «Los maltratadores y asesinos son también un virus. ¡Justicia ya!».

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