Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Aquellas pequeñas cosas

29/12/2022

El año se nos va, y con él se despide Joan Manuel Serrat, cerrando una entrañable gira con la que ha puesto punto final a una carrera artística que le convirtió en algo más que un mito que en tiempos de oscuridad hizo brillar el canto a las libertades y que puso música a los versos ocultados por la penumbra de la dictadura mucho antes de que ésta terminara y que se abriesen las puertas de una nueva etapa de nuestra historia más reciente. Serrat ha sido por encima de todo un juglar que cantó a los más altos conceptos de la emancipación del individuo a través de esas canciones que nos llegaron al alma elevando aquellas pequeñas cosas que nutren la vida de cada persona y retratando con música el desarrollo de una generación que en los finales de los años sesenta y durante la década de los setenta asumió la obra de este catalán inquieto y con retranca como bandera de sus deseos. Serrat en cada una de sus canciones recordaba la infancia de esa generación con los rasgos que la dibujaban, de esos primeros amores que tenían que llegar a casa antes de que dieran las diez, o los sueños de aquella juventud plasmados en muchas de sus letras, al tiempo que cantando los versos de Machado, Miguel Hernández o Benedetti nos abrían los ojos y los sentimientos hacia la poesía con más profundidad que todos los cursos juntos de literatura con los que tuvimos que lidiar los bachilleres de esa época. Sin olvidar que en un país que nunca supo poner letra a su himno, él solito se bastó para dotar de un himno a todo el Mediterráneo aceptado por unanimidad desde Algeciras a Estambul. Ahora, casi octogenario, Serrat se va pero nos regala, es verdad, la banda sonora de nuestras vidas.