Abraham Boba es David Cobas y Esto no es una canción es el título del poemario que trae hoy en Albacete. Estará en el Auditorio Municipal, a las 22 horas, dentro del sexto Maldito Festival de Videopoesía. Presentará sus poemas con piano, bases sonoras y proyecciones. El músico de León Benavente comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades del proyecto.

Presenta su poemario, Esto no es una canción.

Así es, el poemario lo publicó Espasa en el verano del 2021 y, desde entonces, lo que hice fue montar un espectáculo  escénico. Todo el material de este espectáculo escénico viene con el libro, pero no es un recital, es una mezcla de varias cosas, concierto, recital y también hay imágenes. 

¿Un concepto diferente para presentar literatura y conectar con el público?

Bueno, es otra forma de hacerlo, tampoco me apetecía que las presentaciones fuesen solo leer los poemas del libro y también he estado en los últimos años trabajando de esa forma o parecida, con una poeta que se llama Violeta Gil, con la que estuve haciendo un espectáculo escénico sobre su poemario y, en el fondo, para mí es bastante cercano. La gente que lleva este espectáculo, Arrebato Libros, está especializada en poesía performativa y yo siempre he seguido muchas de las propuestas que hacían. De alguna manera, me parece lógico sacar esas palabras del libro  y convertirlas en algo vivo. 

¿Cómo es la poesía de Abraham Boba?

Mi libro es un poemario, no lo veo como un libro de poemas sueltos. Me daba mucho respeto escribir un poemario,  veo que hay una cercanía en el lenguaje a la escritura de canciones, pero en el fondo, para mí, no tenía nada que ver. No quería el poemario típico de cantante de un grupo al que le sobran algunas canciones y las convierte en poemas. Quería contar una historia que sí tiene un lenguaje poético, pero que a mí me permitió experimentar diferentes formas que en una canción es más difícil llevarlas a cabo. 

¿Lenguajes muy distintos el de poema que se hace canción y el que aparece publicado, en un libro?

Soy muy consciente de que son lenguajes que se tocan, son muy cercanos. Para mí, a la hora de trabajar, me resultan totalmente distintos. Estoy acostumbrado al oficio de escribir canciones y partes de un contexto y una limitación que tiene que ver con la estructura armónica, con la melodía. No se trata de encajar palabras, pero en el fondo sí hay ciertas formas que te atan. Sin embargo, cuando estás enfrentándote a un poema, solo tienes un papel, algo con qué escribirlo, y acaba siendo liberador. De alguna manera te ayuda a buscar otros formatos de futuro para estructura de canción. 

¿Cómo una desconexión de la música?

Intento no desconectar nunca de lo que estoy haciendo. Realmente lo que me interesa de hacer otras cosas que no tienen que ver con la música es que es que para mí todo, de alguna manera, se nutre.  En ningún momento voy a desconectar de la música, pero sí es verdad que me resultó liberador e inspirador poder trabajar las palabras que no sea dentro de una canción. 

¿Qué cuentan esas palabras?

El libro está dividido en tres partes, tiene bastante de autobiográfico, tiene que ver con una vuelta a los orígenes. Yo volví a Galicia después de muchos años fuera y volví precisamente al pueblo en el que pasé toda mi infancia y adolescencia. De alguna forma eso me conectó con algunos temas que me servían tanto para tratar el presente como para tratar ese pasado sin nostalgia, pero sí con un  material que para convertirlo en canción, siempre me resultaba demasiado cercano.  

¿Hay ya planes para otro poemario?

Hay planes para otro poemario, pero no hay tiempo. Tengo muchas ideas, pero no me he puesto a ello porque este año ha sido muy de estar en el escenario, con León Benavente y con este espectáculo y al final necesito un tiempo de concentración y de parar para desarrollar ese nuevo poemario.  

La gira de ERA es muy intensa, vienen de México.

Hemos estado en México presentándolo y llevamos desde enero sin parar de tocar, no sé si ha habido algún fin de semana libre.