El Albacete Basket ganó a base de orgullo

C. Guzmán
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78
Bueno Arenas Albacete Basket
74
TAU Castelló
Finalizado
El equipo de David Varela consiguió su segunda victoria de la temporada en el pabellón del parque a costa del TAU Castelló

David Knudsen celebra una canasta durante el partido. - Foto: Rubén Serrallé

El Bueno Arenas Albacete Basket consiguió una trabajada victoria, la segunda de la temporada, al derrotar al TAU Castelló en un Pabellón del Parque que vibró con la actuación de su equipo y no menos con un triunfo que solo se confirmó en los últimos instantes del partido.

Frente a un conjunto físicamente superior, los verdinegros hubieron de aguzar el ingenio para equilibrar la balanza. Así sucedió en unos primeros compases en los que apretaron los dientes para provocar los errores visitantes y golpearles con un parcial de 12-0 que, aun así, se esfumó en un abrir y cerrar de ojos para cerrar el periodo con una ligera desventaja (19-21).

En el segundo cuarto Gerard Blat creció hasta completar una primera parte descomunal. El Albacete Basket mantenía una ventaja nada decisiva pero apreciable con Aurrecoechea fajándosde bajo los tableros y un TAU descosido al que solo mantenía a flote la labor de Frederic Stutz bajo los tableros.

Flotaba en el ambiente la sensación de que, esta vez sí, el partido se podía ganar, aunque los de David Varela desaprovecharon la oportunidad de encarrilar el partido con una serie espantosa en los tiros libres que dio oxígeno al cuadro de Juan Antonio Orenga y le mantuvo vivo al descanso (44-37).

En el tercer cuarto ambos equipos anduvieron atascados y las espadas en todo lo alto para la recta final (59-55) tras un intercambio de triples entre Mejías y Alvarado.

Tener a Stutz en el banquillo equivalía a perder mucho peso para los castellonenses, aunque Hook tomó el relevo en la anotación pa en una fase en la que se iba a decidir la suerte del partido. El TAU se colocó por delante (65-67) después de muchos minutos y se mostraba confiado en su mayor envergadura bajo los aros. 

Pero hete aquí que en un pispás Jorge Bilbao y, sobre todo, Stutz, cometieron su quinta falta, lo que dejó huérfano al TAU por su excesiva dependencia del estadounidense e insufló ánimo al Albacete Basket, que apretó los dientes para conseguir un premio que ya acariciaba.

El calvario de los tiros libres pasó a ser la tabla de salvación de los verdinegros, a los que esta vez no les tembló el pulso para certificar un triunfo que les sabe a gloria y demuestra que son capaces de competir con garantías como el que más.