Antonio García

Antonio García


Sight and sound

19/12/2022

Me parece muy bien la lista de Sight and Sound, aun sin haber visto la que entre una concurrencia de 1600 especialistas es la mejor película de la historia. Es el triunfo del cine alternativo, siempre escamoteado en estas amenas y un poco estúpidas competiciones. Jeanne Dielman, de Chantal Akerman, podría haber dejado su lugar a un Wenders, a un Godard, a un Zulueta, sin que se notara el cambiazo, y ello habla en favor de la apertura de miras de un colectivo conservador que hasta no hace mucho encumbraba siempre las mismas películas, Ciudadano Kane, Ladrón de bicicletas o El acorazado Potemkin, por fortuna todavía presentes pero ahora en buena compañía de sangre fresca. El pero que se les puede poner a estos inocuos pasatiempos es el de mezclar churras con merinas, juntar en el mismo saco de celuloide, como peras y manzanas, una comedia musical con un drama, por ejemplo, una película muda con una muy locuaz, incomparables entre sí, por no decir incompatibles. ¿Qué tiene que ver El padrino con El hombre de la cámara, de Vertov? Para sortear estas incongruencias, propuso José Luis Garci un ocurrente criterio seleccionador: clasificar por bloques cronológicos (las mejores películas mudas, las mejores clásicas, las mejores modernas o contemporáneas), que uno extendería a genéricos, lo que evitaría encontronazos disimiles entre Perdición, de Wilder y El árbol de la vida, de Malick, que solo tienen en común el hecho de ser películas. Con todo, la lista de Sight and Sound no es desdeñable: que entre los primeros veinte títulos coloque dos de Ozu, Amanecer de Murnau, Vértigo o Cantando bajo la lluvia, revela un exquisito respeto a la tradición.

ARCHIVADO EN: Albacete, Antonio García