El coronavirus produce cuadros clínicos que van desde el resfriado común hasta enfermedades más peligrosas para la salud, si bien, estos niveles de gravedad generalmente se producen en personas ancianas o que padecen alguna otra enfermedad del corazón, del pulmón o problemas de inmunidad. La rápida proliferación de casos en España en los últimos días provocó que este martes Gobierno de España y comunidades autonómica decidieran que a cualquier paciente con problemas respiratorios que diera negativo en otros patógenos se le practicará la prueba del coronavirus.
A cierre de esta edición, Castilla-La Mancha continúa, de momento, sorteando el coronavirus, ya que de los 26 posibles casos que se han investigado hasta la fecha, 21 han dado resultado negativo y cinco siguen en estudio. Sin embargo, para solventar las dudas de la ciudadanía, la Junta de Comunidades ha puesto en marcha un teléfono de información gratuito y que funciona las 24 horas, el 900 122 112.
Así lo avanzó este viernes el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en una rueda de prensa que ofreció junto al director general de Salud Pública, Juan José Camacho, tras la reunión del Comité Ejecutivo de Respuesta y Preparación frente al coronavirus en la Consejería.
EL CONSEJERO PIDE TRANQUILIDAD. Fernández Sanz volvió a pedir «tranquilidad» e hizo hincapié en que el COVID-19 tiene «una letalidad baja», de entre el 2 y el 3 por ciento, y «una sintomatología parecida a la de la gripe común», así como «un índice de contagio también parecido».
Sin embargo, incidió en que hay «menos conocimiento» acerca de este virus y en que «no hay vacuna», por lo que se ha creído «conveniente» habilitar este número de teléfono para ofrecer información «rápida, segura y tranquilizadora» y «una asistencia lo más cercana posible» a las personas que la requieran y que no tengan que desplazarse a los centros sanitarios.
EN FASE I, DE CONTENCIÓN. El consejero también explicó que, en este momento, el país se encuentra «en fase I, de contención», de manera que lo que se está realizando es una «labor preventiva» y subrayó que, mientras continúe esta fase, «no es necesario el uso de mascarillas para nadie. Exclusivamente para los afectados, para el resto no».
Respecto al tratamiento en caso de positivo, Fernández Sanz y Camacho insistieron en que no hay uno específico y reiteraron que la mayoría de los afectados cursan «de manera asintomática», si bien, cuando hay síntomas, las recomendaciones son antitérmicos para la fiebre, hidratación adecuada, higiene y descanso, además de medidas de soporte y contención si se requiere hospitalización.
Todo ello sin olvidar, como recalcaron, que «si hay un cambio de escenario, todo deja de ser válido».
Preguntados también acerca de qué haría entrar en otra fase, el director general de Salud Pública concretó que «una transmisión comunitaria mantenida», es decir, «si empezasen a aparecer casos dispersos, esto haría pasar a un escenario del tipo II».