El Villarrobledo besó la lona de forma estrepitosa con la visita del Barcelona. Los manchegos no tuvieron ninguna respuesta a las múltiples disyuntivas que planteaban los azulgrana, que fueron muy superiores durante todo el partido. Los albaceteños comenzaron a librar la guerra por su cuenta y dieron un tiro en el pie.
El partido se convirtió en un suplicio para los muchachos de Manuel Jiménez, que tendrán que esperar a la jornada siguiente para poder quitarse las 92 espinas que les ha clavado el Barça (70-92)