Slightly Mad Studios fue a por todas en el primer Project Cars, hace cinco años, diseñando una plataforma propia de microfinanciación para financiar el desarrollo. La estrategia le salió bien al estudio y el juego, mejor todavía. Comenzó así una serie que durante dos juegos ha elegido el camino de la simulación más fiel en todos y cada uno de los aspectos. El año pasado Codemasters, indiscutible editor de juegos de conducción, compró Slightly Mad Studios y para la tercera entrega la serie se ha apartado de la simulación pura y  se ha inclinado hacia una conducción menos exigente pensada para jugadores que no sean expertos pero amantes de la velocidad. Está a la venta para PlayStation 4, Xbox One y PC.