La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgará el próximo lunes a un hombre para el que la Fiscalía pide que sea internado en un centro adecuado a su patología por un periodo máximo de 40 años, por intentar matar a cuatro agentes de Policía Nacional a cuchilladas.

En este sentido cabe destacar que en el momento de la comisión de los hechos, el procesado, J.P.G., sufría un trastorno psicótico no especificado y trastorno por consumo de sustancias tóxicas, los cuales anulaban sus facultades intelectivas y volitivas.

Según la Fiscalía los hechos tuvieron lugar el 3 de diciembre de 2020 sobre las 14 horas, cuando agentes de la Policía Nacional fueron comisionados al domicilio del procesado, J.P.G., ubicado en la localidad de Hellín, ya que éste se encontraba encerrado en una de las habitaciones en estado de alteración y portando un arma blanca, siendo necesaria su presencia para apoyar a los servicios sanitarios que acudieron al lugar con la intención de atenderlo de forma urgente y trasladarlo al Hospital Perpetuo Socorro de Albacete.

Cuando los agentes acudieron al lugar, el procesado con ánimo de menoscabar el principio de autoridad que los agentes representan y de intimidarlos, hizo ademán de lanzarles la navaja que portaba desde la ventana, a la vez que les decía «id subiendo que os voy a ir matando uno a uno, hijos de puta, sois unos mierdas, no valéis para nada, tengo una escopeta y os voy a meter plomos en la cara». 

Los agentes instaron al procesado a que depusiera su actitud y bajara a la calle para que la ambulancia lo pudiera trasladar a un centro sanitario para ser tratado, negándose el procesado a colaborar.

Refuerzos. Ante la agresividad mostrada por el procesado, los agentes actuantes llamaron a otros compañeros de refuerzo para que acudieran con material antidisturbios, viéndose obligados a acceder al domicilio con el consentimiento de los padres. Una vez los agentes de policía se encontraban en el interior del inmueble, el acusado con idéntico ánimo continuó profiriendo expresiones a los agentes tales como «venid hijos de puta, tengo la pistola cargada», «entra hijo de puta que te voy a degollar», disponiéndose los agentes actuantes a entrar en la habitación en la que se encontraba con cascos, escudos y chalecos de protección, debiendo forzar la puerta para poder entrar.

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