La referencia es buena. El resultado, satisfactorio, aunque desigual. El balance… va por barrios. A falta de un par de semana para cumplir su primer aniversario, la experiencia piloto del contenedor marrón, destinado exclusivamente a la materia orgánica que se produce en hogares y negocios, ha cumplido las expectativas de la Concejalía de Sostenibilidad, que ya se está preparando para extender los puntos de instalación del quinto contenedor en otros cuatro barrios de la ciudad.
Cabe recordar que el contenedor marrón lleva presente en las calles de la ciudad desde el 10 de agosto de 2020 en cuatro barrios del casco urbano: Hospital, Medicina, Hermanos Falcó y Universidad. Desde entonces y hasta el 2 de julio, se han recogido 151.440 kilos de materia orgánica para compost, con un grado de pureza de entre el 96 y el 98 por ciento, un porcentaje «muy alto» que da a entender que los albacetenses que disfrutan de este servicio, «lo están haciendo realmente bien».
El concejal de Sostenibilidad y Cambio Climático, Julián Ramón, asegura que en estos casi 12 meses de funcionamiento, la respuesta ciudadana hacia el quinto contenedor se ha ido «estabilizando», de forma que se ha ido retirando una media de 15.000 kilos de materia orgánica por mes, aunque hubo meses, como octubre de 2020, que casi se rozaron los 17.000 kilos, u otros como febrero pasado que apenas superaron los 12.200.
Esto significa, a juzgar por los datos facilitados por el edil, que cada usuario del contenedor marrón recicla una media de cinco kilos de la materia orgánica que se produce en los hogares y en los negocios, mayoritariamente establecimientos hosteleros, tales como restos de alimentos de origen animal y vegetal, posos de café o cáscaras de huevo, aunque en el iglú marrón también se pueden depositar, siempre que se esté dado de alta en el sistema de identificación, excrementos caninos, restos de flores, pan y bollería, papel de cocina, servilletas o bolsitas de infusiones. A día de hoy, el reciclaje de materia orgánica cuenta con 2.980 viviendas adheridas y 40 negocios.
Sin embargo, el proyecto no ha estado exento de problemas tanto técnicos como de usuarios. En el primero de los casos, el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a la rotura de algunas cerraduras de los contenedores, primero como consecuencia del vandalismo, después porque su sistema ha ido fallando, por lo que «se han probado dos modelos distintos de cierre para que no se estropeen y no den problemas a la hora de abrirse, ya que si esto ocurre, estamos promoviendo el efecto contrario, pues la persona que llegue con la bolsa de materia orgánica no se la va a volver a llevar a su casa, con lo que es fácil que termine en el contenedor gris».
Más información en la edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete https://latribunadealbacete.promecal.es