Un ángel del piano admirada mundialmente

Antonio Soria
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Semblanza de la pianista Rosa Sabater, un ángel del piano admirada mundialmente

Un ángel del piano admirada mundialmente

Fallecida prematura e inesperadamente en un accidente aéreo, así lo cuenta el gran compositor Xavier Montsalvatge (Gerona, 1912-Barcelona 2002), habituado a escribir durante muchos años en La Vanguardia de Barcelona como excelente divulgador musical, en sus Papeles autobiográficos:

«La mañana del 28 de noviembre [se refiere a 1983], tuve que desplazarme a Madrid (…). Cuando ya volábamos sobre Barajas observé que las azafatas y algunos pasajeros se asomaban a las ventanillas. Al mirar yo, vi en tierra algo escalofriante: los restos, despojos ennegrecidos, retorcidos y casi irreconocibles de un jumbo, testimonio sobrecogedor de la catástrofe ocurrida un día antes.

Afectado todavía por aquella imagen, al desembarcar encontré a un grupo de amigos, músicos y críticos consternados por la noticia que iban a darme: Rosa Sabater había embarcado en aquel aparato».

Fue el 27 de noviembre de 1983 cuando falleció Rosa Sabater, en el inexplicable accidente aéreo, en Mejorada del Campo, de un avión con rumbo a Bogotá, donde estaba programada como solista el 2 de diciembre.

Por petición de RTVE, su hija Rosa Oliveras Sabater escribió un preciosa carta para la publicación de un disco que contiene la grabación de un concierto celebrado en la Sala Fénix de Madrid en 1974, con obras de Granados, y que contiene estas emocionantes palabras: «Me has transmitido una filosofía y una actitud ante la vida que me enorgullece y que es la que Jose Miguel y yo intentamos transmitir a esos dos nietos que no pudiste llegar a conocer: la bondad ante todo. Dijiste: ‘Cuando muera, prefiero que me recuerden como una buena persona antes que como buena pianista’...»

Si esta belleza de espíritu la unimos a una escucha atenta de sus cualidades como pianista en cualquiera de las grabaciones que nos dejó como testimonio, caeremos fácilmente presa de la admiración por su gracia, precisión, chispa, agilidad, sentido de la proporción y buen gusto (para muestra un botón: el Zapateado de las Seis Piezas Sobre Cantos Populares Españoles de Enrique Granados). Se encuentra rapidísimo en Youtube. Escúchenla para abrir boca.

Cuando falleció Rosa Sabater tenía tan sólo 54 años, en plena madurez. Se fue demasiado pronto, cuando, probablemente lo mejor de su arte estaba todavía por llegar, si bien su carrera artística le había granjeado ya el reconocimiento pianístico a nivel mundial. Tenía 13 años cuando debutó, en el año 1942, en el Palau de la Música de Barcelona con un concierto de Mozart. También en torno al compositor salzburgués, podemos verla en la imagen de la derecha junto a Alicia de Larrocha, justo antes de tocar en el Coliseum de Barcelona el concierto en SIb M para dos pianos y orquesta el día de  Santa Cecilia de 1949. Rosa Sabater tenía en ese momento 20 años y Alicia de Larrocha 26. Ambas discípulas de Franck Marshall en la Academia Granados - Marshall de Barcelona.

Hija de Josep Sabater, director de la orquesta del Gran Teatro del Liceu,  y de la cantante Margarida Parera, Rosa Sabater se erigió como intérprete del máximo nivel y eficacia con amplio repertorio, como bien explica Montsalvatge con evocadoras palabras: «...Las primeras veces que escuché a Rosita Sabater al piano era casi una niña de cabellos rubios recogidos por dos pequeños lazos, con un traje vaporoso y una sonrisa que se reflejaba en su manera de interpretar Mozart, que le había enseñado su maestro Franck Marshall. Después de Mozart pasó a Bach, Scarlatti y enseguida a los románticos. En pocos años, Rosa Sabater se convirtió en una concertista de indudable mérito, dotada para traducir la música de cualquier época».