La tradición se cumplió en un día lluvioso y ventoso. San Antón salió en procesión, como mandan los usos y costumbres y el obispo de Albacete, Ángel Fernández Collado presidió la eucaristía en la residencia y bendijo a los animales, en esta ocasión los perros ganaron por goleada. Los albacetenses acompañaron al santo y a las hermanas, aunque se notó que el tiempo no acompañó la celebración.

Como es habitual, la celebración comenzó con la eucaristía y desde primeras horas ya acudió gente a por sus panes benditos y por supuesto en las inmediaciones de la residencia se instalaron los puestos de dátiles, barquillos y churros.

Tras la eucaristía, como es habitual con la iglesia de la residencia llena, se llevó a cabo la procesión, ya que en esos momentos la lluvia y el viento lo permitió. Una procesión que contó con la presencia de numerosos sacerdotes, así como el presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Martín, y representantes de la Real Asociación de Nuestra Señora de Los Llanos y varias cofradías. No faltó el alcalde de Albacete, Emilio Sáez, el vicealcalde, Vicente Casañ, así como el portavoz popular, Manuel Serrano, otros miembros de la Corporación y público con sus mascotas.

Como siempre, los cofrades de Nuestra Señora de los Dolores eran los encargados de llevar a San Antón en procesión, una costumbre muy querida, como advirtió el presidente, Juan Escobar Guirao, que apuntó que «hace ya 32 años, si no recuerdo mal, las hermanas nos pidieron que participáramos y ya son, como decía, 32 años consecutivos, salvo el año desgraciado de la pandemia y la verdad es que vivimos este día con mucha ilusión».

En un acto tan señalado, puso la música la Banda Sinfónica Municipal de Albacete, dirigida por Miguel Vidagany, que recibió a San Antón en procesión con los acordes el Himno Nacional y a lo largo del recorrido de la misma interpretó también, Reina de los ángeles, Virgen del olvido y Rosa mística. 

El obispo, Ángel Fernández invitó, momentos antes de iniciar la bendición, a todos a orar y pidió a Dios «que ha hecho también que los animales sirvan de ayuda al hombre en sus necesidades, trabajo y compañía. Te pedimos, con la intercesión de San Antón, que utilicemos debidamente a estos seres».

El alcalde de Albacete, Emilio Sáez, que también participó en la procesión, tras finalizar la bendición indicó que «Albacete, además de ser una ciudad moderna e innovadora, cuida sus tradiciones y esta es una de ellas. Venir al asilo de San Antón con el obispo, es una tradición por la que tenemos que seguir apostando. Creo que el mensaje que hay que dar hoy a las familias que deciden adoptar una mascota, es que tienen que asumir que es para toda la vida de esta, y es incomprensible que luego queden perros, gatos o cualquier animal en la calle. En todo caso, para eso está el Ayuntamiento, que tiene el deber de cuidar de esos animales y vamos a trabajar en este sentido con uno de los proyectos a futuro, la ciudad del bienestar animal, con unas instalaciones dignas».

Preocupados de este bienestar animal, no faltó El Arca de Noé. Marta Guillén, voluntaria advirtió que «este es un punto de encuentro para resolver dudas, para quien quiere adoptar o convertirse en casa de acogida»