«Que se valore también el conjunto de mi obra me da un poco de vergüenza». Quien con esta humildad se pronuncia acaba de ser galardonado con uno de los más importantes premios, el Internacional de Teatro Esquilo, con que puede presumir cualquier polifacético intelectual como él, que, como se lee, no lo hace. Según el comunicado de este título con una antigüedad de un cuarto de siglo «se premia a autores de todo el mundo que hayan destacado con sus obras a través de un selecto jurado». Y en este 2022 ha recaído «por unanimidad en Pedro Manuel Víllora Gallardo, por su texto teatral Ofelia y todo el conjunto de su obra dramática».
Y el rodense, tan sorprendido por el galardón como agradecido añade: «Son reconocimientos que yo pensé que llegaban más allá de los 60 o 70 años de edad». No es ni será su única destacada actualidad este año en el que se le acumulan muchas y buenas noticias a su producción. E insiste en su contento y sorpresa de forma similar a cuando la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha le concedió la Medalla al Mérito Cultural en 2017.
«Que haya instituciones y jurados, como éste formado por catedráticos universitarios de diversos países, que me valoren así me agrada mucho y lo agradezco, pero también es para mí una llamada de atención para no bajar la guardia e intentar dar siempre lo mejor de mí mismo».
Además del conjunto de su vasta obra teatral -que sin olvidar sus labores de profesor en la Real Escuela de Arte Dramático, se suma a las que ha escrito en otros géneros como la poesía, biografías, ensayos, periodismo y la crítica- el que lleva el nombre de Esquilo, predecesor de Sófocles y Eurípides, considerado el primer gran representante de la tragedia griega, autor de obras tan significativas como Orestíada, Prometeo encadenado o Los persas, entre otras, a Víllora se le ha concedido por su texto teatral Ofelia.
Una creación suya que alberga un amplio trasfondo universitario, en el que se plantea un posible caso de abusos de un profesor hacia su alumna. Pero que, cual indica en sus declaraciones a La Tribuna, «es también un homenaje al saber humanista, donde los personajes discuten acerca de cuestiones culturales y artísticas, y no solamente a propósito de sexo y violencia».
El anuncio de este galardón casi ha coincidido con el brillante y exitoso estreno en el madrileño Teatro Infanta Isabel Madrid de otra de las obras del rodense, María Callas, sfogato, en las que aúna su talento creador a su sabiduría musical general y muy especialmente a su devoción por una de las más grandes en la ópera como fue la inmortal soprano griega, que no es casualidad y sí causalidad que ya apareciera en una obra antigua que nunca se representó. En ella su autor recrea el último día de vida de la Callas, en el que hiciese una especie de revisión de su trayectoria humana y profesional.
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