Sánchez, dicho sea con el mayor de los respetos para una persona que es presidente del Gobierno y elegida por la mayoría del Parlamento, nos está vendiendo una moto que no funciona. Nos dice que ha derogado la sedición tal y como estaba y que ha modificado el régimen de la prevaricación para conseguir que la controversia catalana salga de los tribunales y se vaya, según él, a donde siempre debió estar: a la política.
Pero eso es una falacia que no se la cree ni él, porque antes de que se juzgasen a los separatistas por malversación y sedición, la cosa estaba en la política y no en los tribunales. ¿Qué se consiguió?, que los prevaricadores y sediciosos catalanes, -que no representaban a todo el pueblo catalán ni mucho menos-, se saltasen las normas de la política y de forma unilateral declarasen la nación catalana independiente en un referéndum cuyas urnas ya llevaban llenas a los colegios.
Ahora, con mayor razón, los sedicentes catalanes, sin temor siquiera al código penal no los va a parar ni el Cid Campeador. En la política siempre debió estar lo del referéndum y la república catalana. Recuerdo que el lehendakari Ibarretxe, siendo también separatista, jugó a la política y se vino con el plan Ibarretxe debajo del brazo al congreso de los diputados en Madrid, con Rubalcaba de vicepresidente y sometió su propuesta separatista a la política del Estado español. No es que esté de acuerdo con él, pero Ibarretxe jugó a la política, al menos jugó más limpio que los catalanistas, y aunque su plan fue rechazado, mostró un respeto a las normas constitucionales en vigor y no se le ocurrió hacer ninguna tontería de referéndum. Eso era jugar a la política como dice Sánchez y no tuvieron que intervenir ni los tribunales ni el fiscal, ni nadie, porque Ibarretxe no sacó de la política sus pretensiones separatistas.
En el caso que nos ocupa, los separatistas catalanes despreciaron la política a la que tanto pretende acogerse Sánchez con su modificación legal, y cuando se acaba la política, ya se sabe, o actúan los tribunales o cada uno hace lo que le dé la gana y gratis.
Si lo que quería era perdonar a los culpables de los ERES que malversaron 700 millones de euros más vale los hubiera indultado y no hubiera usado una modificación del código penal que va a beneficiar sobre todo a Rufián y sus secuaces. ¿Cuánto vamos a tardar en sufrir otro ataque a la unidad de España?, pues si vemos el manifiesto que ha hecho Rufián, sea con el PP o con el PSOE, vamos a ver como los separatistas se ríen de la política otra vez y si antes lo hicieron con descaro, ahora lo van a hacer con una chirigota.
Es evidente que a Sánchez le importa un pito pasar a la historia como estadista, eso lo sabemos todos, pero de ahí a convertir la política en un constante estado de rebajas, nos obligará a volver a cambiar la ley o a vivir siempre cediendo frente a éstos.
Hubo una época en que por este tipo de cesiones se declaró independiente de España la mismísima Cartagena ¿o es que nos hemos olvidado de la historia de España?