Reclaman respetar las zonas que hay de carga y descarga

E. REAL JIMÉNEZ
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Los comerciantes del centro y los repartidores sufren en sus negocios las consecuencias de las obras

Estado de las obras en el entorno de Villacerrada. - Foto: José Miguel Esparcia

«Los comerciantes del entorno de Villacerrada estamos hasta el gorro de lo que están tardando las obras». Lo afirma José Lozano que, además, preside la Federación de Comercio, integrada en FEDA, pero también es uno de los afectados de forma directa por las actuaciones de mejora en calles del centro que acomete el Ayuntamiento.

Según Lozano Tendero, «nos sentimos abandonados» en una demanda muy concreta:«no se respetan en absoluto las zonas de carga y descarga». Teniendo en cuenta las dificultades que tienen los establecimientos por la suciedad y el polvo que originan todos estos trabajos y por los inconvenientes para el tráfico, «si en los lugares que tenemos reservados para poder traer el género, cuando llegan las furgonetas y los camiones están ocupados por maquinaria de las obras o por vehículos particulares, que también ocurre mucho, pues el daño que se nos hace es notable».

daño compartido. El presidente de la Federación de Comercio admite que la zona «seguro que va a quedar mejor», pero confirma que «tengo que mandar varios mensajes a la semana a la Policía Local para que vengan a revisar las zonas de carga y descarga, porque siempre están ocupadas y no podemos hacer nuestro trabajo bien». Sí admite que en cuanto se da aviso, los agentes «suelen acudir pronto, pero muchas veces el daño está hecho, las furgonetas ya se han cansado de dar vueltas». Un perjuicio que parece tener los días contados. «Nos han confirmado que para finales de febrero estarán acabadas las obras», dice Lozano.

La misma queja la comparte otro sector, el de los repartidores y distribuidores. El presidente de esta asociación, Adisab, también integrada en FEDA, Carlos La Orden, coincide en la falta de respeto por estos espacios para atender los negocios del sector servicios. «Ahí sí es cierto que tenemos un perjuicio compartido con los comerciantes y nosotros llevamos camiones que no tienen fácil pasar por cualquier calle y no pueden parar en doble fila porque obstaculizan al tráfico», con lo que, si cuando llegan a descargar y el espacio habilitado por el Ayuntamiento está ocupado, «nos genera un gran inconveniente», afirma.

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