Tokio acoge en estos días los Juegos Paralímpicos y seguramente que la mayoría de nosotros no sabemos decir el nombre de tres de los deportistas que nos representan, por lo que haber visto alguna prueba en la que hayan participado se me antojo una quimera mayor. Prestamos atención a los Juegos Olímpicos, hicimos fuerza frente al televisor cuando competían nuestros representantes en algunas finales y celebramos las medallas, menos de las esperadas, dicho sea de paso. Además, todos los medios de comunicación realizaron un amplio despliegue, con nuestros representantes protagonizando las portadas en más de una jornada. 
Pasaron los Juegos Olímpicos y cambiamos a modo fútbol, con el inicio de las competiciones y, sobre todo, del cierre del mercado veraniego, pendientes de los fichajes de nuestros equipos y con el francés Mbappé hasta en la sopa, que al final va a ser más conocido que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, aunque su fichaje por el Real Madrid no se materializase.
Pocos de nosotros sabemos los resultados de nuestro paralímpicos y la posición de España en el medallero. Cuando escribo este artículo -tras la pertinente consulta vía internet- son 31 las medallas cosechadas, bastantes más que las de los olímpicos, y con una protagonista excepcional como Teresa Perales, que completa sus sextos juegos, en los que ya suma 27 medallas, incluida la plata conseguida hace unos días, pese a llegar a la cita con una lesión.
Perales y todos los paralímpicos son un ejemplo de superación, aunque les prestemos la atención justa; en este caso, injusta.