Paco Mora

Paco Mora


El baño de Chicuelo II a los ‘cuñaos’

27/08/2022

Guardo un vivo recuerdo de  aquella temporada  en la que Hemingway se inspiro para su Verano Peligroso en la simulada contienda que tuvo como protagonistas a Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez. Daba la temporada las últimas boqueadas y los carteles anunciaban  en Málaga a los dos cuñados y al albaceteño Chicuelo II como tercero en discordia.
Chicuelo II y yo éramos amigos desde antes de ser él figura del toreo y yo periodista. Me atraía la idea de ver al pequeño gran torero albaceteño hacer el paseíllo entre aquellos dos espigones, y sobre todo me ilusionaba pensar que, a poco que se descuidaran, Manolillo les daría un baño de no te menees. No sé si tuve alguna culpa de que el de Albacete saliera con el cuerpo pidiéndole guerra a gritos. Es posible que sí. Me explicaré.
Mientras los  toreros se liaban los capotillos de paseo, yo daba vueltas por el patio de caballos fumándome un cigarrillo, y observando todo lo que se hacía y decía a mí alrededor. Pude oír como Dominguín le decía al de Ronda: «Fíjate en el de Albacete; a ese le pican el culo las gallinas». Hemingway permanecía impasible, porque seguramente aquel dicho quedaba fuera de su vocabulario yankee, pero los  demás rieron la gracia del madrileño.
Le conté a Manuel la genialidad de Luis Miguel, al que el albaceteño le lanzó una mirada de aquellas en que sus ojos se convertían en dos acerados taladros. La tarde terminó en bronca para los cuñaos y cuatro orejas y dos rabos, para el manchego. Que al pasar en hombros junto a Luis Miguel y Ordóñez, agitó el rabo del último toro de la tarde como si les dijera; «Ya lo veis mocetes; no hace  falta crecer tanto para daros un baño».