El control de las redes sociales, entender los celos como muestras de amor y hacer daño a través de la tecnología son los primeros signos de alarma de violencia machista en jóvenes y adolescentes. Y son algunos de los problemas con los que se encuentran los profesionales del Centro Municipal de la Mujer de Albacete cuando se enfrentan a situaciones de maltrato de género en este colectivo, en el que los agresores se sirven de la tecnología para ejercer la violencia.

En los últimos años, el Centro de la Mujer de Albacete, según se desprende de la Memoria correspondiente al pasado año, notó un aumento creciente de atenciones a usuarias jóvenes, así como asesoramiento a madres y padres sobre las relaciones tóxicas que sufrían sus hijas.

El concejal de Igualdad en el Ayuntamiento de Albacete, Manuel Martínez, corroboró este dato, indicando que las mujeres jóvenes  normalmente llegan al recurso municipal acompañadas por amigas o familiares, tras detectar relaciones de pareja tóxicas o muy marcadas por los celos, entendiendo estas conductas como un rasgo incipiente de violencia de género porque se trata de situaciones que se alargan en el tiempo.

Según las estadísticas, las mujeres jóvenes son las que menos denuncian situaciones de violencia de género, pero «luego vemos que también son víctimas de esta». 

El colectivo joven tenía la percepción de que la violencia de género era algo que ocurría a personas mayores y con relaciones tormentosas, pero «desde la adolescencia pueden darse comportamientos incipientes a la violencia de género», como puede ser el control excesivo de las redes sociales, de las amistades, etc.

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