Zoltán Kodály

Antonio Soria
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Se cumple el 140 aniversario de uno de los pioneros de la etnomusicología

Kodály trabajando con su fonógrafo cilíndrico de cera.

Bien conocido en el ámbito coral, Zoltán Kodály es una referencia de primer orden en la pedagogía musical, pues hizo escuela que, siglo y medio después de su muerte, sigue bien viva en las aulas musicales, no sólo de Hungría, sino de buena parte del mundo civilizado. Fue capaz de poner en marcha una metodología con la que el discente se inicia en la música desde edades tempranas, de forma lúdica y sencilla. El método Kodály se desarrolló en base a melodías del folclore húngaro, perfectamente extrapolable a los temas populares de otros países, con lo que por una parte se mantiene el carácter universal del lenguaje musical, sin perder la capacidad de profundización y expresión de la propia cultura, enmarcado en el ámbito geográfico de que se trate. Por ello, sus buenos resultados han propiciado que se utilice tanto en colegios como en escuelas de música de diferentes partes del mundo a través, fundamentalmente, del canto coral, con canciones tradicionales mediante las que el alumnado desarrolla el aprendizaje de la lectura y escritura de la música. Una buena forma de erradicar el analfabetismo musical o el bajo nivel que, en su día, Kodály encontró en las aulas de su país. 

Zoltán Kodály considera la voz como una herramienta indispensable para el desarrollo musical y, como las canciones infantiles cuentan en su mayoría con las mismas notas y ritmos, se favorece el aprendizaje práctico del alumnado. Lo cantado, también se interpreta después instrumentalmente, lo que supone una magnífica aportación a la visión performativa ante un instrumento musical.

Etnomusicología. Todo comenzó ante la preocupación por recabar información de fuentes primarias, pues, tanto Kodály como Bartók, supieron ver que en las versiones de gitanos haciendo música popular, había más de invención con intereses comerciales que de transmisión de lo tradicional. Así que, fonógrafo cilíndrico de cera en ristre, se echaron a los pueblos y aldeas para registrar los cánticos de campesinos en la Hungría profunda. Recabaron una valiosísima fuente de recursos que catalogaron y procesaron al servicio de la práctica y creación musical y de la enseñanza de la música, presente en todas las aulas de todos los colegios, como debe ser.

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