El martes celebramos un nuevo aniversario de la Constitución española, pilar de nuestra democracia y del macropuente festivo que se genera junto a la festividad de la Inmaculada Concepción. El martes me tocó trabajar, como a muchos sanitarios, policías, bomberos, empleados de comercio y un largo etcétera en el que no aparecen nuestros políticos que, en un día tan grande y señalado no aparecieron y, con el panorama actual, casi que se agradece.
A lo largo del año hay días para casi todo, con su correspondiente celebración, en la que a nuestros dirigentes políticos se les llena la boca con promesas y futuras actuaciones que, pasado un año, casi todas se las llevó el viento. Pero todos los días no son iguales ni todas las celebraciones deben tener la misma consideración. El día 2 de diciembre se celebra el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, pero en Albacete ya llevamos dos años celebrando el acto central, y único, por el día de la Constitución, que a este paso llegará el día en el que lo adelantemos a finales de noviembre.
¿Se imaginan celebrar el Primero de Mayo a finales de abril, adelantar las procesiones de Jueves Santo al martes o la Cabalgata de Reyes al 2 de enero, por poner varios ejemplos,  únicamente por disfrutar de un puente festivo?  
Venga, políticos albacetenses, vamos a currarnos la celebración un poquito más para el próximo año, que, además, será víspera de Elecciones Generales y muchos os tenéis que ganar un cómodo sillón para otros cuatro años. En 2024, con la poltrona asegurada, si eso, ya volvemos a celebrar el 2 de diciembre el Día de la Constitución.