A pesar de que «no hay historia definitiva ni historiadores definitivos», como piensa uno de los más importantes y destacados en el último medio siglo largo, Ángel Viñas, sí que existen evidencias y documentos para interpretar con verosimilitud algunos de los hechos que han marcado la existencia de cualquier país. Sobre tal premisa inicial este historiador de raíces rodenses acaba de dar a luz su por ahora más reciente obra, que pronto dejará de ser la última. La idea fundamental de la misma es «demostrar las evidentes mentiras con que la derecha justificó la Guerra Civil contando que la República en convivencia con Stalin preparaba la llegada del comunismo a España», como relató a La Tribuna en su paso por el Ateneo madrileño donde la presentó la pasada semana.
Con una expectación desbordada, y todos los asientos del salón de actos de la entidad llenos y mucho público de pie en uno de los eventos con mayor asistencia en los últimos tiempos-, Viñas, que se había desplazado desde Bruselas, donde reside, centró su argumentación, «como siempre con documentos» -puntualizó en repetidas ocasiones, tanto en esta puesta de largo de la obra como en su conversación con este periódico- en dejar claro que «no existe en los archivos ningún dato a favor de tal falacia, que por desgracia no está olvidada ahora y hay que soportarle en algunas redes sociales».
Con una expectación desbordada, y todos los asientos del salón de actos de la entidad llenos y mucho público de pie en uno de los eventos con mayor asistencia en los últimos tiempos-, Viñas, que se había desplazado desde Bruselas, donde reside, centró su argumentación, «como siempre con documentos» -puntualizó en repetidas ocasiones, tanto en esta puesta de largo de la obra como en su conversación con este periódico- en dejar claro que «no existe en los archivos ningún dato a favor de tal falacia, que por desgracia no está olvidada ahora y hay que soportarle en algunas redes sociales».
Añadiendo que esta más que falsa idea se disuelve de manera íntegra como un azucarillo precisamente tras un trabajo, el suyo, de muchos años de investigaciones en archivos, siendo fundamental para ello la apertura en 2013 de los documentos rusos de la antigua URSS sobre la Guerra Civil. «Ahí no encontré ni un sólo indicio de que el Gobierno de entonces en Moscú, con Stalin al frente, tuviera la más mínima intención de convertir a España en un satélite comunista».
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