Cristian Pérez malogró con la espada una faena de final

Pedro Belmonte
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El hellinero dio dos vueltas al ruedo que no le sirvieron para repetir hoy, festejo en el se jugarán el trofeo Carlos Aranda, Ignacio Olmos y Víctor Hernández

Cristian Pérez malogró con la espada una faena de final - Foto: José Gariz

Gran ambiente en la localidad manchega de La Solana para ver la novillada de seis actuantes donde se dirimía el I Certamen de Novilladas Villa de La Solana, lidiándose utreros de Los Ronceles, desiguales de presentación y escasos de juego.

Con la máxima decisión salió el albacetense Cristian Pérez al ruedo de La Solana, ante un novillo, el lidiado en segundo lugar, recibiéndolo con un farol de rodillas en el tercio, para, tras un buen puyazo de Tomás Copete, realizar un vistoso quite por saltilleras. No fue lo único, porque tras el brindis, esperó a Despensita en la boca de riego para enjaretarle cuatro pases cambiados sin rectificar un paso. La faena tuvo mucha compostura y firmeza, mientras que el novillo embistió muy escaso de casta. Una pena la espada, porque necesitó de un pinchazo hondo, estacada baja y tres descabellos para despenarlo y, aunque hubo petición, tuvo que dar dos vueltas al ruedo ante la petición del tendido.

Abrió plaza Carlos Aranda, que tuvo que lidiar el sobrero al ser devuelto el titular, por inservible de los cuartos delanteros. Lo entendió bien, sin obligarle, componiendo una compacta faena, y cortó una oreja.

Otra oreja cortó al tercero de la tarde Ignacio Olmos, quien se fue a porta gayola a recibir a Bandera con una larga cambiada. La faena, de buen corte, a un irregular novillo tuvo las cercanías como ingrediente principal, además del temple. Lo mató de una estocada.

Igual número de trofeos, otra oreja, paseó el sevillano Daniel de la Fuente a un animal sin entrega, con la cara alta. Firmeza, buena colocación y suavidad, fueron los ingredientes del conjunto de su trasteo, que remató de una buena estocada.

Doble trofeo el conseguido por el alcarreño Víctor Hernández, sin duda el que realizó la faena más completa rubricada con una estocada fulminante. El novillo adoleció de falta de casta, pero encontró delante a un novillero con una técnica impecable sin olvidar un toreo de altura y valor. Lo mató de una estocada casi entera de muy rápido efecto.

Jorge Molina cerró la tarde con otro novillo descastado y desclasada embestida, estando a buen nivel, a pesar de haber debutado recientemente con picadores. Sentido del temple tiene y un buen concepto que gustará a los aficionados. Pinchazo sin soltar y buena estocada, le mandó a sus manos una oreja.