Un besapiés al Cristo de Medinaceli sin colas

Antonio Díaz
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Los fieles escalonan la visita a la parroquia de los Franciscanos para cumplir con la tradición

Un momento del besapiés. - Foto: Arturo Pérez

La Real e Ilustre Esclavitud Nuestro Padre Jesús de Medinaceli preparó, como es habitual, con mimo, el primer viernes de marzo, su besapiés a Nuestro Padre Jesús de Medinaceli que se lleva a cabo en la parroquia Franciscanos de la capital y este año, tras los problemas suscitados por la pandemia, de nuevo estaba permitido realizar el besapiés, que anteriormente se había tenido que sustituir por una inclinación ante la imagen del Cristo. Aunque estaba permitido ese besapiés, aun la mayor parte de los fieles se decantaron por la inclinación y lo sustituyeron también por un leve roce en los pies del Cristo de Medinaceli, que este año no registró esas grandes colas se podían ver los previos a la pandemia, acaso porque el día sí fue bastante frío, al menos durante las primeras horas, con temperaturas bajo cero.

El presidente de la Real e Ilustre Esclavitud Nuestro Padre Jesús Nazareno, Julián Campos Martínez, confirmó a La Tribuna de Albacete que, como viene siendo habitual,  se abrió la parroquia para iniciar el besapiés a las 7 horas y permanecerá abierta a los fieles hasta las 12 de la noche.

Julián Campos indicó que « estamos muy contentos porque recuperamos la normalidad y es libre realizar el besapiés, el que quiere besar el Cristo, lo puede hacer, el que quiere hacer su reverencia, la hace, pero lo importante es que vienen, de una forma u otra». 

Puntualidad. Indicó Julián Campos que «personalmente he abierto las puertas a las 7 horas, pero sí  he visto que, en principio, la afluencia ha sido más floja, quizá por el frío, pero es cierto que nos ha extrañado bastante porque yo estoy acostumbrado a abrir todos los años y este año estaban esperando tres personas, cuando teníamos unas colas tremendas, este no hay grandes colas y eso es raro».

Es verdad que durante la tarde cambió y se notó esa afluencia de fieles y sí  se formaron colas dentro de la propia parroquia, pero con la pandemia las costumbres han cambiado y también en este besapiés los fieles escalonan su visita y evitan hacer colas y, a lo mejor, dijo «Julián Campos, también es un acierto escalonar la visita; no hay esos agobios ni ruidos, hay más sentimiento y, como es habitual, este año también hemos preparado la entrada por la puerta principal, para dar la vuelta por la capilla del Cristo y se vuelve a salir por la puerta pequeña de la casa».

Muchos fieles sí se quedaban unos momentos orando en los bancos habilitados en la capilla del Cristo, tanto antes como después de realizar el besapiés e igualmente se llevaron a cabo las dos misas, a las 9 y 20 horas. 

Confirmó Julián Campos que, tras el besapiés, «lo que toca ya es prepararnos para la procesión del jueves, que es muy importante y la gente se vuelca con el Cristo en las calles, es una manifestación de fe  y es verdad, cada año hay más gente en la procesión, estamos muy contentes de poder hacerlo».