Una enfermedad invisible

Agencias
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Más de 850 millones de personas en el mundo padecen una dolencia renal crónica, de los que cerca de cuatro millones son españoles, una afección silenciosa que es difícil de diagnosticar

Pocas enfermedades son tan desconocidas e invisibles para el gran público y los servicios sanitarios como las del riñón, sobre todo porque se trata de trastornos difíciles de prevenir y que son diagnosticados tarde. Por ello, las sociedades de Nefrología de todo el mundo hicieron ayer un llamamiento, con motivo del Día Internacional de esta enfermedad, para redoblar esfuerzos en una evaluación precoz  y desacelerar su continuo crecimiento de los últimos 10 años.

Según los expertos, hay 850 millones de personas que padecen enfermedad renal crónica (ERC) y más de dos millones de personas en el mundo reciben tratamiento de diálisis o viviendo con un riñón trasplantado. En España, conforme a los datos de la Sociedad de Nefrología (Senefro), se estima que esta dolencia afecta a más de cuatro millones de nacionales, lo que supone entre el 10 y el 15 por ciento de la población adulta. De hecho, España es uno de los territorios europeos con más pacientes afectados por problemas del riñón, cuya prevalencia ha crecido un 30 por ciento en la última década, y con una tasa de personas en tratamiento renal sustitutivo, es decir, en diálisis o trasplante, que se sitúa en 1.363 individuos por millón de población (pmp). 

Precisamente, la naturaleza invisible de las enfermedades renales conlleva una complejidad asociada al intento de comprender aquello que no se ve o no se percibe y esta circunstancia no permite determinar el momento justo de empezar a actuar, indican los nefrólogos. No en vano, esa escasez de síntomas poco reconocibles en sus estadios iniciales lleva a una tasa de infradiagnóstico en España que supera el 40 por ciento.

Por ello, los investigadores insisten en una adecuada educación de los pacientes en temas sanitarios, ya que ello ayudaría a determinar con precisión el mejor momento para tomar una decisión médica. Para lograr ese avance es necesario que los profesionales sanitarios trabajen conjuntamente con los enfermos en el diseño de una estrategia eficiente de comunicación y educación.

 

Mayor educación en salud

El lema de este año en el Día Mundial del Riñón es Salud renal para todos. Superando las deficiencias de información para mejorar la salud renal, un emblema que hace un llamamiento para que la sociedad se familiarice con esta enfermedad y tome conciencia de qué medidas puede tomar a nivel personal para cuidar la salud de sus riñones, incluyendo una adecuada formación en salud.

En opinión de la presidenta de la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN en sus siglas en inglés), Agnes Fogom, y de la responsable de la Federación Internacional de la Fundaciones del Riñón, Siu-Fai Liu, este Día Mundial es el punto de partida para que las organizaciones insistan en lograr que la educación renal llegue a toda la población y para que los médicos, los profesionales sanitarios, las organizaciones que trabajan en la salud y los políticos empiecen a asumir la parte de responsabilidad que les corresponde.

 

Fármacos más eficaces

En esta lucha incansable contra las enfermedades del riñón, el doctor Enrique Grande, jefe de Investigación Clínica de la Fundación MD Anderson Cancer Center España, afirmó que la innovación en los fármacos para el cáncer de riñón ha logrado que no solo funcionen para la metástasis sino que también ayudan a prevenir su aparición.

«Antes, a los pacientes operados de un tumor se les quitaba el riñón o la mitad de este y así se quedaban sin enfermedad, pero siempre existía la posibilidad de que alguna célula hubiese escapado en su momento y estuviera dormida en otro órgano y que con el tiempo volviese a aparecer. Ahora, con los nuevos fármacos y el acceso a la innovación terapéutica, podemos ofrecer tratamientos para prevenir que vuelva a aparecer la enfermedad», explicó.