Es muy difícil contar con una formación tan amplia y polivalente. Es muy difícil. Sí, pero ni siquiera semejante bagaje acumulado con esfuerzo y dedicación máxima sirve a los profesionales de las artes escénicas para garantizarle trabajo más o menos de manera continua o continuada. Pero ella no sólo lo sabe y lo sufre, sino que lo admite con elegante naturalidad. «Es lo que he elegido y, por tanto, lo acepto, incluso con sentido del humor, que incluye que ahorrar también es una clave fundamental, jajaja». Pongamos que se habla/escribe de la polifacética actriz .y mucho más- hellinera Aránzazu Zárate, que tras haber concluido las grabaciones de la serie televisiva Paraíso, aguarda al inminente estreno en Movistar+.
Y, claro, igualmente aguarda a que se concreten varias opciones en la pequeña y gran pantalla y también en el teatro, sobre todo el musical, en el que ha triunfado durante varias temporadas en la Gran Vía madrileña con Billy Elliot, que ahora va a reponerse en Barcelona. Volviendo al paraíso en forma de título para serie –compartida por Globomedia-, ya se sabe que va a constar de un total de ocho episodios de algo menos de una hora de duración cada uno de ellos. Tras una larga y cuidada fase de postproducción, la cadena privada tiene la idea de incluirla en su programación en el ya cercano último trimestre de este año.
El argumento de Paraíso, calificada como una serie fantástica y de aventuras que se desarrolla en la España de 1992, incluye la ciencia ficción, el misterio y los dramas juveniles. Dirigida por Fernando González Molina, también creador del proyecto junto a David Oliva y Ruth García, ha contado además de con Aránzazu con «extraordinarios compañeros» como Macarena García, Gorka Otxoa e Iñaki Ardanaz, entre otros. Como es lógico, la hellinera ha quedado muy satisfecha de su trabajo en el que da vida «a una malvada cuidadora que está metida en una secta que se dedica a hacen rituales para no envejecer», como cuenta a La Tribuna.
Y retomando el asunto de su polivalente formación, tampoco le da mucha importancia, aunque sí confiesa en estos tiempos aún más difíciles de lo habitual –por aquello de la pandemia que no cesa- los problemas para cualquier profesión pero aún más para las relacionadas con el arte escénico y visual. «Es menester formarse en todo y tener el mejor dominio que puedas en múltiples facetas como canto, danza, interpretación, esgrima, equitación, verso...» Y remata volviendo a echar mano del humor: «Incluso poniendo copas, nunca se sabe cuando te puede caer el papel de una camarera».
En su ya larga hoja de servicios artísticos, a pesar de su juventud, son muchos los personajes que le han dejado huella. El último el de la señorita Braithwaite, más conocida por la pianista del ya legendario musical Billy Elliot, que ha encarnado con éxito durante los tres últimos años. «Ella, como rockera del pueblo, se siente fuera de lugar y se ve reflejada en el propio Billy porque le hubiera gustado salir de ese sitio donde se ve obligada a vivir por una baja economía y cumplir sus sueños», la define Aránzazu.
Aunque no le gusta elegir y quedarse con uno solo «porque cada personaje tiene algo especial», y recuerda al más difícil, el de Inés en la obra A puerta cerrada de Jean Paul Sartre. Y si se le cuestiona por escoger uno de los que le gustaría hacer, tras adelantar que le atraen mucho los que poseen fuerte carácter e incluso los malvados, sorprende con el de uno a lo Maggie Filtzerald, la boxeadora de la famosa película Million Dólar Baby que dirigió Clint Eastwood y se llevó un total de cuatro Oscar, uno de ellos para la actriz Hilari Swank, que encarnó a la boxeadora. Pero, claro, no es tanto de extrañar, ya que en su vasto currículum formativo aparte de lo relacionado específicamente como actriz, cantante –abarcando con su bella voz de mezzosoprano el jazz, las polifonías y hasta el flamenco-, bailarina de danza, claqué y la conocida como técnica Fosse, entran también la equitación, la esgrima las artes marciales, el karate –es cinturón azul- y el boxeo. De todo lo cual si que tiene muy claro que «si tuviera que destacar algo», su fuerte es la interpretación.
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