Las nubes respetaron el Encuentro en Albacete

E.F
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La multitud congregada en la Plaza de Gabriel Lodares pudo resarcirse en parte de las numerosas suspensiones en uno de los ciclos procesionales más accidentados

El momento culminante del Encuentro - Foto: Rubén Serrallé

Emoción contenida, lleno absoluto en la Plaza de Gabriel Lodares y un ‘suspense’ propio de una película de Hitchcock a causa de unos cielos que, de vez en cuando, dejaban caer una ‘chispa’ de agua . El Encuentro del Domingo de Resurrección de ayer fue un prodigio de tensión narrativa, que todos los presentes celebraron con un ojo puesto en los pasos y el otro en unas nubes cada vez más grises.

La mañana empezó con la promesa de una oportunidad. El cielo estaba cubierto, sí, pero parecía pensárselo; no estaba todavía demasiado gris mientras las campanas de la Catedral empezaban a tañer con alegría para compartir con todos los habitantes de la ciudad la alegría de la Resurrección de Jesús e invitarlos a todos a ser testigos del Encuentro de María y su hijo.

Pero a medida que la Virgen María y la Magdalena se aproximaban a la Plaza de Gabriel Lodares por Simón Abril, por un lado, y San Juan y Jesús Resucitado hacían lo propio por Octavio Cuartero, las nubes se empezaron a oscurecer, se hacían notar cada vez que la brisa cedía un poco, dejaban caer gotas de agua de tiempo en tiempo, minúsculas, que se notaban en la piel como diminutas agujas.

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