Balazote asimila con buen ánimo restricciones "esperadas"

A.G
-

El alcalde, Mateo Simarro, aseguró que la responsabilidad y coordinación «serán claves» para «salir pronto de esta», mientras vecinos y comerciantes confiaban en evitar un confinamiento

Poca actividad en las calles céntricas de Balazote durante la mañana de ayer. - Foto: José Miguel Esparcia

La de ayer una fue una mañana de sábado algo atípica en Balazote, después que los vecinos conociesen en la tarde del viernes las medidas sanitarias especiales que había decretado la Consejería de Sanidad por la incidencia del Covid-19 en la localidad, con 41 positivos comunicados en dos semanas. Había poco movimiento en las calles y la sensación generalizada entre quienes salieron era de resignación, dado que el goteo de casos confirmados les hacía ya esperar las restricciones, pero también de buen ánimo y esperanza, al haber evitado de momento un confinamiento estricto y poder mantener una cierta normalidad.

Mientras, a primera hora de la mañana, se reunían todos los concejales de la Corporación municipal con representantes de la Guardia Civil y la agrupación local de Protección Civil. El objetivo era coordinar las funciones de inspección y vigilancia del cumplimiento de esas medidas que devuelven al municipio a una situación similar a la fase dos de la desescalada. «La coordinación es fundamental para que esto no dure más», aseguraba el alcalde de Balazote, Mateo Simarro, quien destacaba que los brotes de la localidad «han estado en todo momento controlados y bien atendidos por los profesionales sanitarios» y aprovechaba una conversación con La Tribuna para mandar un mensaje de ánimo: «Si cumplimos las normas, saldremos pronto de esta», aseguraba.

El regidor explicó también que los vecinos habían recibido las restricciones «de forma positiva, porque las cifras hacían que ya fuesen esperadas» y que esos cierres de servicios o limitaciones de aforo se sumaban a otras medidas que ya había adoptado el Consistorio, como el cierre del centro de jubilados y los parques o el retraso en la apertura de la escuela infantil municipal. Además, recordaba que las nuevas normas «no afectan a la movilidad, que era una de las cuestiones que más preocupaban a la gente», ni a la actividad de los centros educativos.

(Más información en edición impresa)