Eloy M. Cebrián

Eloy M. Cebrián


El pene

30/07/2021

El último bulo que ha surgido sobre las vacunas del Covid es que afectan al tamaño del pene, concretamente para menguarlo. Esto parece desmentir aquella leyenda según la cual la vacuna de Pfizer, por el hecho de ser fabricada por la misma farmacéutica que patentó la Viagra, incluye un componente que refuerza la capacidad eréctil del susodicho órgano. A veces uno lamenta no habitar un universo en el que todas estas cosas fueran reales, un universo en el que funcionase la magia (como el de Harry Potter) o la religión (como el que propugnan todas las religiones). Resultaría muy reconfortante saber que uno puede curarse del cáncer y del Covid tomando dióxido de cloro disuelto en agua, o bebiendo agua sin más, como afirman los entusiastas de la homeopatía. Sería estupendo recurrir a un brujo como los que se anuncian por la calle y que todos tus problemas quedaran resueltos mediante el sacrificio de una gallina. Si la llave de la felicidad y del bienestar físico consistiera en unas simples alteraciones en la disposición del mobiliario, seríamos sin duda mucho más dichosos de lo que somos en esta realidad tan prosaica en la que un error en la posición de un mueble te puede provocar, todo lo más, un cardenal en la espinilla. ¿Quién no querría codearse con esos personajes de García Márquez que ascienden a los cielos entre un revolotear de sábanas recién lavadas? Incluso me conformaría con que los fenómenos que nos muestra Iker Jiménez domingo tras domingo poseyeran carta de naturaleza. A pesar de que mi mente racional rechaza todas esas cosas, la parte más atávica de mi «yo» no puede evitar sentir un secreto anhelo por lo irracional y lo imposible. Tal vez por eso no acaba de dejarme muy tranquilo la noticia sobre la vacuna del Covid y el tamaño del pene, que últimamente ni me encuentro.