Reparar el derrumbe es la principal inversión en Alcalá

A.G
-

El Presupuesto de 2020 cuenta con una partida de 212.000 euros, destinada en buena parte a sufragar el porcentaje municipal del coste de los trabajos de recuperación del barrio del Ceñajo

Imagen de archivo de los daños que causó el desprendimiento en muros de contención y de viviendas. - Foto: ARTURO PEREZ

En un año de numerosos retrasos y cambios en todas las cuentas municipales, el Presupuesto del Ayuntamiento de Alcalá del Júcar para 2020 adquirió recientemente carácter definitivo tras pasar el pertinente plazo de exposición pública, sin recibir alegaciones.

Las cuentas tienen un montante total ligeramente superior al millón y medio de euros, con una previsión de casi 30.000 de superávit. En el capítulo de gastos, destaca una partida de inversiones reales dotada con 212.237 euros, casi el 14% del total.

Tal y como explicaba el alcalde alcalaeño, Pedro Antonio González, la mayor parte de ese capítulo se corresponde con las aportaciones que ha de hacer el Consistorio a planes de rehabilitación cofinanciados por otras administraciones. La principal, como ya es conocido, corresponde a las obras de recuperación del barrio del Ceñajo, donde se produjo un espectacular derrumbe en diciembre de 2016, que causó daños a una decena de viviendas y a numerosas instalaciones públicas.

La roca más grande de las caídas continúa aún en la calle Molino, recordando a los vecinos un suceso que afortunadamente no dejó daños personales. Su permanencia es muestra también de lo complejo de un proyecto de 2,8 millones de euros para recuperar y asegurar la zona que, tras muchas negociaciones, se consiguió sufragar por todas las instituciones, tras acordarse que el Gobierno central aportase el 50% del coste, mientras que la Junta asumía el 25%, la Diputación el 17,5% y el Ayuntamiento un 7,5%.

Lo presupuestado en 2020 es aproximadamente la mitad de los 200.000 euros correspondientes a las arcas municipales para unas obras con un plazo de ejecución de 18 meses, también ligeramente alterado por la crisis sanitaria y que aún no ha llegado al punto «en el que entre la maquinaria pesada», según indicó el regidor. Al respecto, González detallaba que «se ha seguido trabajando y los técnicos prevén que el ritmo se intensifique en los últimos meses de año».

Dadas las dificultades de acceso y la necesidad de mantener las condiciones de seguridad, «los trabajos han sido prácticamente manuales, con tareas de desescombro, de aseguramiento de la zona y estudios en el cantil del desprendimiento para concretar las próximas medidas a tomar». Así lo explicaba el regidor, quien anticipaba que «ahora hay que establecer un calendario de trabajos, ya que no pueden coincidir las obras arriba y abajo», en referencia a la pared donde se produjo el derrumbe y en las calles afectadas.

(Más información en edición impresa)