Epicento del orbe tamborilero

Antonio Díaz
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Tobarra acoge una multitudinaria trigésimo sexta Tamborada Nacional, en la que participan las 22 localidades del Consorcio Nacional

Cada tobarreño, hombre, mujer y niño, se echó a la calle con su tambor y, junto a los miles de visitantes de las 22 localidades del Consorcio Nacional,  convirtieron a Tobarra en epicentro del orbe tamborilero.  La localidad disfruta intensamente de las trigésimo sextas Jornadas de Exaltación del Tambor y el Bombo que mañana se clausuran a las 11 horas, con la despedida de delegaciones oficiales y fin del toque del tambor y el bombo. Hoy, todos se han volcado para disfrutar de este encuentro, que se inició el viernes a las 16 horas y que ya tuvo en esa jornada un importante y multitudinario acto, el Cierre del tambor, en el Monumento de la Plaza de la Constitución.

Hoy, de nuevo, las delegaciones de cinco comunidades, Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía y sus pueblos, Agramón, Alagón, Albalate del Arzobispo, Alcañiz, L'alcora, Alcorisa, Alzira, Andorra, Baena, Calanda, Fuentes de Ebro, Hellín, Híjar, Jumilla, La Puebla de Híjar, Moratalla, Mula, Samper de Calanda, Teruel, Tobarra, como anfitriones, Urrea de Gaén y Valderrobres, se concentraron para el desfile,  muchos en el propio monumento de la Avenida de la Constitución. En este desfile tubieron como invitados por la organización a Ontur, Albatana, muy cercanos a Tobarra, además de Cieza de Murcia y Almozora de Castellón.

Miles de personas tocan el tambor por las calles de Tobarra.
Miles de personas tocan el tambor por las calles de Tobarra. - Foto: José Miguel Esparcia

Ese multitudinario, abigarrado y vistoso desfile se inició en la Plaza de España, junto al Ayuntamiento, para recorrer la calle Mayor, Paseo Príncipe de Asturias, calle Francisco Fontecha, Avenida Reina Sofía y Avenida de la Constitución, en el Monumento al Tambor, donde terminó, con las delegaciones que fueron recibidas por cientos de tamborileros, en una mañana que amenazó lluvia, pero que dejó que los actos se llevasen a cabo con normalidad.