Tomeu Nadal fue santo y seña del Albacete. El guardameta balear llegó en el verano de 2016 tras varios años de buscar su sitio en el fútbol nacional. El Alba jugaba en Segunda B y quería ascender, un crecimiento en el que participó a Tomeu, que pronto se convirtió en un jugador querido por la afición, tanto por su calidad y sus intervenciones, como por su cercanía, amabilidad y carácter.

Tras el descenso de la temporada 2021 y la finalización de su contrato, Tomeu y el club decidieron separar sus caminos, tras cinco temporadas en las que llegó a ser capitán. En total fueron 197 partidos, se quedó a tres de una cifra redonda, pero suficientes como dejar grabado su nombre en la historia de la entidad.

Esta tarde regresa al Carlos Belmonte con el Real Oviedo, donde está temporada se ha hecho el puesto de titular, y el Albacete "traducirá el sentir de su afición con un reconocimiento instantes antes del partido", según informó el club manchego.

"Sin poder despedirse de la afición del Albacete en el Carlos Belmonte a causa de la pandemia", pues no se permitía el acceso a los partidos a los aficionados, "el portero con más partidos en la historia del club regresa por primera vez a la que fue su casa durante cinco  temporadas", dice el club, para añadir que "antes de que dé comienzo el choque, nuestros embajadores, Juanito y Antonio López Alfaro, le entregarán un obsequio de parte de todo el albacetismo".

Un reconocimiento sin duda merecido por la impronta que Tomeu Nadal dejó en el equipo y en la ciudad.