Editorial

Votan los andaluces, pero el plebiscito tiene rango nacional

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España vuelve a estar en campaña electoral. Por más que sean los andaluces los que van a votar el 19-J, todo paso por las urnas se considera, en más de un aspecto, plebiscitario con rango nacional. El sprint final por gobernar sobre uno de cada cinco españoles viene precedido de la habitual avalancha de sondeos y predicciones, que por primera vez son convergentes tanto en los medios privados como en el denostado CIS dirigido por José Félix Tezanos. A tenor de lo cosechado en las encuestas, el candidato popular, Juan Manuel Moreno Bonilla, se aproximaría mucho a la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, emulando así los resultados obtenidos en su día por Isabel Díaz Ayuso en Madrid y mejorando los logrados por Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León.

Hay varias lecturas clamorosas de los sondeos ventilados hasta la fecha y de la circunstancia de que señalen en la misma dirección, La primera, que la izquierda se tambalea seriamente en el que por décadas fue su granero electoral en España. La suma de las siglas progresistas no alcanzaría ni siquiera el resultado del PP, lo que envía un poderoso mensaje a Moncloa frente al que Pedro Sánchez, como acostumbra, se pone de perfil para no asumir en primera persona la gran erosión que sufre el proyecto socialista durante un mandato en el que la coalición que el presidente del Gobierno ha considerado «ejemplar» ha protagonizado episodios inéditos, por lacerantes, en la política nacional y exterior. La pretensión de agotar la legislatura es una huida hacia adelante que el PSOE de Sánchez pretende llevar hasta el límite, que a día de hoy se sitúa a finales de 2023.

La segunda lectura es que Vox crece, pero el proyecto del Partido Popular muscula gracias a la acción de Gobierno y a la irrupción de Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidente nacional. Vox definió el pacto de Castilla y León como un laboratorio en el que probar lo que se extendería al resto del territorio nacional, pero si las encuestas se cumplen podría darse de bruces con una realidad que convierta el caso castellano y leonés en la excepción, y no en la norma. El PP debe aprender a respetar a un potencial socio que es la tercera fuerza política del país, pero Vox debe tomar buena nota de los sondeos y hacer lo propio con los populares, en clara fase de crecimiento y elegidos por los votantes como fuerza mayoritaria y, por tanto, decisoria. 

Por último, las previsiones vienen a ratificar el entierro de la marca de Ciudadanos como alternativa política. Si bien en un resultado tan rayano con la mayoría absoluta podrían tener un enorme protagonismo con apenas un par de diputados, la realidad es que la marca está agotada y en vías de extinción.