Mucho más que un arquitecto al uso, mucho más. Porque, dentro del campo profesional y cumpliendo con lo que tradicionalmente se piensa que son las labores de los licenciados en arquitectura, las de construir edificios, Studio Animal va más allá en su originalidad y vanguardia. Y al frente del mismo en Madrid -aunque también tiene sede en Barcelona- se encuentra su creador, el albacetense Javier Jiménez Iniesta. Quien explica a La Tribuna sus características: «Studio Animal nació como un posicionamiento profesional claramente enfocado en el mundo del interiorismo pero desde una visión muy arquitectónica».
Y es que, años antes, en el proyecto fin de carrera, muy premiado y reconocido a nivel nacional, Javier ya había cuestionado de manera radical, como añade, «algunos clichés y tabúes respecto a sus precedentes». Fueron las bases para su Studio Animal, que representa la oportunidad de reivindicar el diseño de interiores como una disciplina compleja y experimental. «Somos un estudio comprometido con la arquitectura y su capacidad para aportar propuestas que ayuden a vivir y entender mejor la realidad que vivimos, bien sea en el ámbito doméstico o en el espacio público». Ahora tiene por delante de manera casi inmediata inaugurar tiendas en Múnich y Nueva York.
Se puede pensar que, al concluir en Alicante su carrera, desde que inició su heterodoxa posición sobre la arquitectura, sus profesionales y sus tópicos, aquello no sólo fue el inicio de la originalidad, que también, sino que le abrió el camino a lo que sería después su tan prestigioso como original estudio. Merced a ello, obtuvo una beca para ir a Barcelona al estudio de la no menos prestigiosa colega Carme Pinós, además de trabajar en otros durante unos años, hasta que decidió ir por libre y crear el suyo propio y comenzar una aventura por su cuenta. «Así nació Animal como un posicionamiento profesional claramente enfocado en el mundo del interiorismo pero desde una visión muy arquitectónica».
Dentro de la llamémosle especialización de Studio es muy importante el color, algo que de manera experimental y como herramienta para generar experiencia de marca va a destacar en las tiendas de Múnich, donde suma mucho tiempo ya trabajando para la empresa de zapatillas que llevan el nombre de la ciudad alemana: «Una firma a la que estoy muy agradecido porque confió y apostó por mí y que me ha acompañado hasta hoy como un cliente excepcional», cual expone el albacetense.
Serán establecimientos con una explosión colorista, lo que ya acontece con las que ya existen en Barcelona y en las que pronto abrirán sus puertas en Valencia y también en Madrid. Respecto a la de Nueva York, se trata de la primera tienda de una nueva marca llamada Nu Hü. «Estamos trabajando en colaboración con Cartonlab y hemos diseñado una construida íntegramente con cartón donde igualmente el color, como en casi todos nuestros proyectos, vuelve a ser protagonista. El proyecto está en pleno Soho y está previsto que se inaugure a mediados de este mes de noviembre».
Javier ya apuntaba desde muy niño cuál iba a ser su vocación y profesión, ya que en su familia, con padre -el excelente poeta Francisco Jiménez Carretero-, y madre maestros, procuraron que alcanzara buenos niveles de formación. Lo que sí mostraba ya entonces el hoy exitoso arquitecto -no había ningún antecedente entre sus familiares- era mucho interés por las artes plásticas. «Así que siempre me han animado a dibujar y presentarme a concursos», algunos de los cuales ganó como el de los carteles del carnaval de Villarrobledo y el del primer Viñarock. Y cuando llegó el momento de elegir carrera, tuvo sus dudas entre Bellas Artes y Arquitectura. «Al final me decanté por la segunda a sabiendas de que siempre podía canalizar mi faceta artística a través de ella».
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