Un total de 26 asociaciones que trabajan con infancia y juventud en Albacete se han unido para plantear soluciones comunes a los problemas que detectan en el sistema educativo y que entienden que perjudican a «una inclusión educativa real» que tanto echan en falta en colegios e institutos y que consideran imprescindible alcanzar «para que la escuela deje de excluir al alumno que es diferente».

las distintas organizaciones respondieron a la llamada de la Asociación Familia por la Inclusión Educativa y mantuvieron recientemente un primer encuentro, que tuvo lugar en el Centro de la Juventud, y en el que coincidieron en la necesidad de «sumar esfuerzos» de cara a «pedir a la Administración que deje de mirar para otro lado» y que, más que palabras, llegue «inversión, en medios materiales y humanos para poder atender al alumno que es diferente».

Así lo explicó a este diario la presidenta de Familias por la Inclusión Educativa, Soledad Carcelén, quien detalló que en la reunión, de la que surgió la convicción de que «otra escuela, más inclusiva, es posible y muy necesaria», participaron asociaciones que trabajan con niños con autismo, con déficit de atención, con discapacidad intelectual, con inmigrantes o con familias en riesgo de exclusión. Formaron parte de la misma la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (FAPA) María Moliner de Albacete, ONCE, Accem (colectivo que trabaja con inmigrantes) o representantes de la Facultad de Educación del campus de Albacete.

El objetivo del encuentro, además de trazar una «hoja de ruta» para el futuro sobre la que plantear necesidades conjuntas para alcanzar la inclusión educativa verdadera fue «compartir experiencias e inquietudes relacionadas con la respuesta que el sistema educativo da a la inclusión, analizando la situación desde el punto de vista de familias y profesionales, tanto de manera educativa como social».

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